Una Visión Ciudadana.
Alan Sayago Ramírez.

El próximo 1 de junio de 2025 será un día clave para la democracia veracruzana y mexicana. No solo se renovarán los 212 ayuntamientos del estado, sino que, por primera vez, los ciudadanos tendrán la oportunidad de elegir a jueces, magistrados y ministros, gracias a la reforma al Poder Judicial aprobada recientemente.

Este proceso electoral, que incluye mil 24 cargos públicos en disputa, representa un desafío logístico y político sin precedentes, pero también una oportunidad única para fortalecer nuestra democracia desde sus raíces.

Fernando Carrillo Flórez, en su libro Sin miedo: Defender la democracia desde la democracia, reflexiona sobre cómo la participación activa de los ciudadanos es clave para revitalizar las democracias en crisis.

Su propuesta va más allá de votar: nos invita a involucrarnos en la vigilancia y transformación de nuestras instituciones, a exigir transparencia y a construir un sistema político más justo e inclusivo.

En Veracruz, el Organismo Público Local Electoral (OPLE) y la Junta Local del INE tienen una responsabilidad monumental.

Pero el éxito de este proceso no recae únicamente en las autoridades; la verdadera fuerza transformadora está en la ciudadanía. Cada voto cuenta, pero también cuenta el compromiso diario con nuestra comunidad: desde informarnos adecuadamente hasta participar en espacios de deliberación y toma de decisiones.

Por otro lado, el filósofo Byung-Chul Han, en El espíritu de la esperanza, nos recuerda que la esperanza no es una ilusión pasiva, sino una fuerza proactiva que abre nuevas posibilidades. Frente a los retos de este proceso electoral, la esperanza debe convertirse en el motor que impulse a los veracruzanos a superar la desconfianza y la apatía, y a imaginar un futuro mejor para nuestro estado.

Las elecciones de 2025 son históricas no solo por el número de cargos en disputa, sino porque simbolizan una transición hacia una democracia más participativa. La reforma al Poder Judicial es un paso hacia la descentralización del poder y el fortalecimiento de los contrapesos, pero su éxito depende de que los ciudadanos ejerzan este nuevo derecho con responsabilidad y conciencia.

Sin embargo, no podemos ignorar los desafíos. La desinformación, el populismo y la indiferencia son amenazas latentes que debemos enfrentar con firmeza. Como señala Carrillo Flórez, la democracia no se defiende sola; necesita ciudadanos comprometidos que crean en su capacidad para transformar la realidad.

El 1 de junio no será solo una fecha en el calendario electoral; será un día para demostrar que Veracruz está preparado para liderar con el ejemplo, que nuestra fe en la democracia es más fuerte que cualquier adversidad. Estas elecciones pueden marcar el inicio de una nueva etapa en la política estatal y nacional, una etapa donde la esperanza, como diría Han, se traduzca en acción y cambio.

En nuestras manos está el futuro. ¿Lo asumiremos con valentía o dejaremos pasar esta oportunidad histórica? La respuesta está en cada uno de nosotros.

Alan Sayago Ramírez.
Delegado de la asociación política Estatal GAMEC, licenciado en Derecho, maestro en política y gestión pública y Doctorante en Derecho.
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