Columnas
¡Los tránsfugas del poder y los factores Multifactoriales ¡
ARTICULISTA DE PÉNDULO POLÍTICO. 2- B -2023
EMILIANO CARRILLO CARRASCO.
“La oposición en su estrategia de unidad y focalización social de poder ser competitivos con el liderazgo de la Diputada Ana Lilia y Claudia R. Sandoval en su operación de designaciones de los candidatos desde la coordinación del CEN PRI. La salida de grupos de elite de migración del canal con el PVEM, COMO filtro de espacios y de poder continuar en los negocios. El sistema de partidos y de esos círculos que se han migrado en la línea de espacios de poder ende poder protegerse: la reacción negativa al interior de morena y de los territoriales en no estar de acuerdo y los espacios no alcanzan al 2024; Todos los partidos reciben recursos públicos, su financiamiento conforme a la ley electoral. En teoría los partidos deben ser promotores de la Democracia y poner candidatos de fama pública positiva y evitar vicios” . El nuevo latido de Esperanza de ciudadanizar su Partido.
El proceso electoral Edomex y sus reglas por el INE. Las candidaturas a presidencias municipales y diputaciones locales del 10 al 19 de abril y la campaña a partir del 26 de abril 2024. En el término el registro de las plataformas electorales de coalición y las listas plurinominales de acuerdo político y la mesa de negociación con grupos de elite. Los tránsfugas personas que van de un lugar a otro. No pueden abrir a Morena. Con la ilusión de posiciones, negocios. Las campañas se iniciarán conforme al candelario electoral por el INE, Marzo-ABRIL. Se inicia la búsqueda del voto de campaña polarizada el 26 de Abril 2024. El 2 de junio la votación del triunfo 1/3 de los jóvenes que representan las edades de 18 a 32 del padrón de más de 29 millones.
La presidenta de la República de los dos bloques de 2/3, Senadores (128) de los 32 estados, 2 de MR., 300 DIPUTADOS MR. ,200 plurinominales y de lista, a nivel federal y local, 125 MUNICIPALES Y 45 locales y 30 plurinominales de una lista de más de 12 millones 700 mil electores en el Edomex. Los que por décadas sostenidos por el sistema de partidos y de esos círculos que se han migrado en la línea de espacios de poder ende poder protegerse: La reacción negativa al interior de morena y de los territoriales en no estar de acuerdo y los espacios no alcanzan al 2024 Las designaciones al congreso federal el 31 de Enero y las municipales.
Están en lista de espera en el partido bisagra del PT y PVEM, los tránsfugas del poder de elite. La conclusión de las coaliciones y el género establecido al 50/50. El acuerdo en las vías plurinominales. SI, Buscan continuar su carrera ascendente porque los ilusionaron con posiciones, proyección y cargos desde los cuales ampliar futuro y hasta hacer negocios. Para todos hubo ofertas, una senaduría de mayoría para ti, una diputación para tu hermano, una candidatura para tal alcaldía para tu gente. Y así, vanidosos, se dejaron engatusar. Pero en Morena no hay acomodo para tanto. Lo endógeno de Morrena y secuestro de grupos de poder de elites. Pelearán contra los duros, quienes se creen con derecho de sangre porque llevan años con AMLO o porque saltaron cuando el barco tricolor se hundía de la mano del pasado régimen del grupo Atlacomulco.
La percepción ciudadana en materia de Corrupción 8 de 10 y el problema de la seguridad. El canibalismo de moreno, como se vio tras el espectáculo de las corcholatas con el desplazamiento de Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. Los tránsfugos del poder público y sus presiones de su situación de percepción social, el cubrirse a través del poder público. Los términos electorales a esta polarización política endógena de morena y sus acuerdos con las encuestas de instrumentos del método designado, a los puestos de elección directa, así como la atomización final a las listas de elite en las plurinominales en los congresos.
Los tránsfugas personas que van de un lugar a otro “los mismos de elites kakistocratas “. Pelearán contra los duros, quienes se creen con derecho de sangre porque llevan años con López Obrador o porque saltaron cuando el barco tricolor se hundía de la mano del pasado régimen de Atlacomulco vestido de apoderarse de Morena solo se transforman y acuerdan con el partido en el gobierno su supuesto poder de masas fantasma. El reacomodo de su elite de Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal en el esquema de operación y encomiendas de fortalecer la campaña de Claudia.
Los tránsfugas el objetivo, el poder público y posibles negocios .El acuerdo de pacto de estos círculos emanados desde el centro de poder, en política no hay casualidades, detonar a Morena con más fragmentación a las designaciones de concertación política al 2024. Todos ganan. El reacomodo de las elites de poder a nivel nacional con la postulación presidencial, las designaciones a las precandidaturas a las gubernaturas e incluso las fórmulas para el Senado, se ha logrado contener de cierta manera cualquier ruptura cupular al esquema de sistema de partidos, sin ciudadanos de FAMA PUBLICA. Del discurso de simulación a una realidad social. La elección polarizada en 3/3 de polarización, los de Claudia, Xóchitl y los indecisos de las edades de 18; a 29 años.
La balanza de equilibrio en la elección 2021 el voto joven espontáneo de esta sociedad liquida y por factores de estado de ánimo. En la elección solo voto 2 de 10 jóvenes y 8 de cada 10 en situación de apatía, sin inducción y desesperanza a la falta de oportunidades, desigualdad social con márgenes de pobreza, inseguridad y corrupción. El total del padrón son jóvenes de una clase media representando el 30 % en la CDMX. El partido en el gobierno se llama Morena, dónde su lógica es Claudia es el gobierno de corrupción e inseguridad.
El presidente Mario Delgado en el quiebre de la percepción social y la fragmentación endógena y exógena. Claudia Sheinbaum no le suman a la precampaña sus aliados. Se están presentadas complicaciones. El retrasar los anuncios de las designaciones para diputaciones, a falta de acuerdo de las elites. Se están presentados escenarios muy diferentes A LA POLARIZACIÓN ENDÓGENA Y IMPOSICIONES A LAS VIOLACIONES DE SU MÉTODO LA ENCUESTA MANIPULADA. El problema del posicionamiento de Claudia se ha estancado. Al designar a los gobernadores y senadores de situación de percepción muy negativa y reciclamiento de la reelección.
La lucha por el poder presidencial de dos bloques en la búsqueda de sus posiciones desde políticas por derecho de sangre y de tierra a una conducta polarizado en lo endógeno y exógeno en poder de llegar a la percepción de la población de esperanza con instrumentos masivos o Infocracia a la instrumentos del método bifronte o simplemente a la acción de instrumentos de movilización o de actos antidemocráticas al 2024. Esa elite de poder poner su ajedrez de poder acomodarse y sin pensar en ese tercio que puede definir el destino del país *clase media * y si en culminar el discurso a proyecto de la 4T.
La cauda de la preocupación e incertidumbre al nuevo elemento de la sociedad liquidad de polarizada expectante de una esperanza. El escenario se verá al poner a los comensales de la armadura, diputaciones federales, locales y presidencias municipales en ser el valor agregado que pueda sumar esos 6 o 8 puntos del triunfo con fama pública territorial, si no, es así el espejo del abstención del 65 al 70 %. Todo depende de la Voluntad política el que toma las decisiones colectivas para un mejor puerto de certeza política y social al 2024.
1. https://www.facebook.com/groups/168497206548880/permalink/7068300609901804
2. https://www.asich.com/pendulo-politico-el-derecho-de-sangre-y-de-tierra-ante-el-poder-de-elites-y-migraciones-exogenas-emiliano-carrillo-carrasco.html#:~:text=0-,SHARES,-ANTERIOR
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Trump pierde a jueces

Opinión de José Carreño Figueras | El Heraldo de México |
El debate en torno a jueces politizados, partisanos o ideologizados ocurre en todo el mundo, especialmente en México luego de la elección judicial del domingo, pero se da también en momentos en que se registra un creciente distanciamiento entre el presidente Donald Trump y el Poder Judicial en Estados Unidos.
La sorpresa no está en los choques de Trump con jueces liberales, sino sus cada vez más frecuentes choques con jueces conservadores, incluso muchos que él mismo nombró durante su primer mandato (2016-2020), y que siguen una doctrina literal de aplicación de la letra de la ley sin consideraciones políticas. En el papel Trump, parecería estar en una situación muy favorable: disfruta de una ventaja considerable en los tribunales federales, especialmente la Suprema Corte.
De aquellos, 1,700 en total, nombró ya a 234, pero de los nueve jueces supremos, seis son conservadores, incluso tres designados por él, y tres son considerados como liberales. Trump, sin embargo, parece convencido de que esa situación le permite manejarse con «manga ancha» y prescindir de la supervisión judicial o, simplemente, tener su acuerdo de antemano.
Pero no ha sido así. De acuerdo con Paul Collins, profesor de Estudios Legales y Políticos de la Universidad de Massachussetts-Armherst, «aunque pueda parecer extraño que los jueces nombrados por Trump estén fallando en su contra, en realidad no lo es tanto. En cambio, es un ejemplo de lo que sucede cuando un presidente se extralimita en su autoridad y adopta posturas legales que ni siquiera sus propios jueces designados pueden respaldar». De hecho, parece una conclusión compartida por analistas conservadores, no necesariamente pro-Trump.
Durante su primer régimen, Trump se apoyó en las recomendaciones de la Sociedad Federalista, un grupo de abogados de ideología conservadora, que presenta ahora como empeñada en adelantar por separado sus propias ambiciones y agenda en vez de las posiciones del gobierno.
Pero la agrupación fundada en 1982 ha sido definida como una agrupación «organizada más en torno a un enfoque judicial compartido que a lealtades personales» y renuente a la intimidación. «Es probable que los jueces simpatizantes de la Sociedad Federalista perciban el ataque de Trump como lo que realmente es: un rechazo a la idea de que incluso los jueces afines deberían poder frenarlo, y una promesa de no nombrar más que aduladores sin principios en el futuro», aseguró el analista Andrew Egger, de la publicación conservadora cibernética The Bulwark (El Baluarte).
Trump, sin embargo, ha tenido triunfos significativos, como el apoyo que el año pasado le dio la Suprema Corte al aprobar una redefinición del concepto de inmunidad presidencial que le permitió cubrirse legalmente y escapar a acusaciones sobre su presunta responsabilidad en el motín del seis de enero de 2021. Para Trump no es suficiente ahora que sus decisiones enfrenten rechazo judicial a decisiones sobre universidades, despidos del gobierno federal, deportaciones masivas y tácticas policiales de mano dura.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE
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Mundial 2026. La magistral jugada estadounidense… y México de comparsa

Opinión de Eduardo Gaytán Mendieta | Expansión |
Exactamente dentro de un año el balón rodará en el Mundial de 2026. Una Copa del Mundo histórica, sí, pero no por las razones que en México nos quieren vender. Nos han repetido hasta el hartazgo que seremos la primera nación en organizar tres Mundiales. Lo que no dicen es que esta tercera vez seremos apenas un actor de reparto; no el protagonista, ni siquiera el antagonista. México aparece como comparsa de una jugada maestra de negocios, concebida y ejecutada con precisión quirúrgica por Estados Unidos.
La candidatura “United 2026” fue una estrategia brillante en la que el país de las barras y las estrellas no solo consiguió quedarse con el pastel, sino además hacer que México le ayudara a hornearlo. Y claro, de paso y con gusto compartir algunas migajas. Estados Unidos aprovechó la pasión futbolera de nuestro país, su peso simbólico ante la FIFA y su condición de puente cultural con América Latina para construir una candidatura irrefutable. ¿El resultado? 78 de los 104 partidos se jugarán en suelo estadounidense. Canadá, un país sin tradición futbolera, tendrá 13, y México, el único de los tres con fútbol en las venas, 13 también; dicho sea de paso, ninguno más allá de los octavos de final. Lo repito para que quede claro: ningún partido de cuartos, semifinales y mucho menos la final se jugará en México. La gran fiesta del fútbol pasará por nuestro territorio como un desfile de luces del que apenas veremos el reflejo. Ah, pero claro, tenemos la inauguración; premio de consolación. Realidad brutal para quienes aún creen que México “co-organiza” el Mundial. Esto suena bien en discursos políticos y spots promocionales, pero no resiste un análisis serio. No hay co-organización posible cuando uno pone los estadios, los aficionados y la pasión, y el otro se queda con los negocios, el calendario y la gloria. Estados Unidos no compartirá el Mundial: lo administrará. Cuando de negocio se trata, ellos mandan. Y el negocio es monumental. Con la expansión a 48 selecciones, el torneo pasará de 64 a 104 partidos, incrementando los ingresos por derechos televisivos, patrocinadores y venta de boletos de forma exponencial. Con la venta de entradas y derechos de transmisión generará más de 7,000 millones de dólares (2.5 veces el PIB de Belice), según estimaciones preliminares. El 75% de esos partidos, con su respectivo valor comercial, se jugarán en nuestro vecino país del norte; lo demás es utilería. Canadá y México son apenas escenografía, piezas necesarias para dar credibilidad a una propuesta que, sin ellos, habría sido (probablemente) rechazada por la FIFA ante las nuevas exigencias geopolíticas de inclusión regional. Y mientras que, ciudades como Nueva York o Los Ángeles se frotan las manos para cada una recibir una derrama cercana a los 500 millones de dólares, en México ya comenzaron las alertas, especialmente con el hospedaje. La Ciudad de México, que recibirá apenas cinco partidos, espera a cinco millones de visitantes; una cifra que rebasa por mucho la capacidad hotelera de 54,000 habitaciones disponibles, (de acuerdo con la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México). ¿Estamos preparados? ¿Tenemos la infraestructura, la movilidad, la seguridad, los servicios para responder a esa demanda? La respuesta, incómoda pero necesaria es: no. México tiene estadios, sí. Tres grandes sedes: el Estadio Azteca, (aún en remodelación y una prohibición de cambio de nombre por parte de la FIFA, por cierto), el BBVA en Monterrey y el Akron en Guadalajara, pero mostró muy poco músculo político y económico para influir en el diseño del torneo, y bajó la voz en la repartición de los partidos clave. No es un Mundial compartido. Es el Mundial estadounidense, con licencia simbólica para que México presuma ser “triple sede histórica”. El resto es marketing. La narrativa triunfalista que desde ya promueven autoridades y medios de comunicación es, en el mejor de los casos, ingenua; en el peor, cínica. Nos vendieron una fiesta que no organizamos. Nos prestaron una etiqueta que no nos pertenece. Y ahora, nos piden que celebremos como si verdaderamente fuéramos protagonistas.
México debe aspirar a mucho más. Si íbamos a compartir la Copa, debimos negociar en serio. Elevar considerablemente el número de partidos, exigir ronda de cuartos y semifinales, garantizar beneficios comerciales tangibles, asegurarnos una porción real del control organizativo. No se hizo. Y hoy, a 12 meses del silbatazo inicial, solo queda la parafernalia. El Mundial de 2026 será un éxito…para Estados Unidos que entendió perfectamente el valor comercial del futbol, y que supo usar a México como palanca emocional para acceder a él. A nosotros nos toca mirar, aplaudir… y pagar la cuenta. El futbol es negocio. Y en este negocio nos tocó ser extras. ______ Nota del editor: Eduardo Gaytán Mendieta (X: @legaytane) es un comunicólogo y estratega en medios de comunicación, CEO y fundador de la agencia E3 Media. Ha colaborado en diversos medios de comunicación como Imagen Televisión, Televisión Mexiquense y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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¿Y mi voto pa’ qué?

Columna de opinión por Alan Sayago Ramírez
El pasado 1 de junio, Veracruz vivió una elección que en el papel parecía histórica: se renovaron las 212 alcaldías, por primera vez con periodos de cuatro años, gracias a la reforma electoral y se eligieron cargos del Poder Judicial mediante voto directo. Pero en la práctica, lo que se impuso no fue la democracia, sino el desinterés. No ganó ningún partido: ganó la abstención.
Según cifras del OPLE, apenas el 59.34% del electorado participó en las elecciones municipales. Aunque a primera vista puede parecer una cifra aceptable, el descenso es preocupante: en 2013 votó el 67.2%, en 2017 bajó al 63.4%, en 2021 al 59.9%, y ahora ni siquiera seis de cada diez veracruzanos acudieron a las urnas. Veracruz se está desmovilizando, poco a poco… pero de forma constante.
El fenómeno se sintió en todo el estado. Úrsulo Galván cayó de 62% a 48.3%, Minatitlán se quedó en 47.5%, Sayula de Alemán bajó a 46.7%. Son cifras que duelen, porque detrás de cada punto menos hay miles de personas que decidieron no participar. No es un simple número: es una señal.
Ni siquiera Xalapa, la capital del estado y corazón político de Veracruz, logró destacarse demasiado. En el distrito Xalapa 1 votaron 124,160 personas, es decir, un 64.9%; en Xalapa 2, apenas el 62.99%. Aunque ambos distritos superaron la media estatal, el contraste con municipios como Magdalena, Coetzala y Landero y Coss —donde la participación fue superior al 88%, es alarmante. ¿Qué está pasando?
La respuesta incomoda: la democracia se está vaciando de sentido. No es que la gente no sepa votar, es que siente que ya no sirve. En zonas marcadas por la inseguridad, la pobreza y promesas rotas, la elección se vive como una rutina sin alma. ¿Para qué votar si nada cambia? ¿Para qué ir a las urnas si el resultado no mejora mi calle, mi escuela o mi futuro?
Y el caso del Poder Judicial lo confirmó: una elección inédita, con posibilidad de elegir jueces y magistrados, terminó siendo ignorada por la mayoría. Solo entre el 12.57% y el 13.32% del padrón participó. No hubo campañas de difusión claras ni pedagogía cívica. A muchos les pusieron esa boleta en las manos sin que supieran siquiera qué estaban eligiendo. Un fracaso anunciado.
El politólogo Thomas Patterson, en su libro The Vanishing Voter, explica que la abstención no es apatía: es una enfermedad democrática alimentada por la desconfianza, el hartazgo y la falta de consecuencias visibles tras el voto. Y en Veracruz, esa enfermedad avanza. Porque no hay legitimidad sin participación, y sin legitimidad no hay democracia que aguante.
Lo que pasó el 1 de junio no es una anécdota, es una advertencia. Cuando más de cuatro de cada diez personas deciden no votar —teniendo opciones, viviendo en democracia y enfrentando problemas reales—, el problema no está en la boleta, sino en el vínculo roto entre el pueblo y el poder.
Hoy, más que invitar a votar, toca reconstruir razones para hacerlo. Hablarle claro a quienes tienen entre 12 y 37 años, explicarles que votar no es un favor al sistema, sino un acto de defensa personal. Porque si tú no eliges, alguien más lo hace por ti. Y ese alguien puede no pensar en ti.
Veracruz tiene que escuchar lo que dijeron las urnas vacías. Porque cuando la ciudadanía guarda silencio, lo hace por algo. Y si no reparamos ese silencio, puede convertirse en el principio del fin de nuestra democracia representativa.
Alan Sayago Ramírez.
Delegado de la asociación política Estatal GAMEC, licenciado en Derecho, maestro en política y gestión pública y Doctorante en Derecho.
Redes Sociales: @alansayagor
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