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¿Nueva Gran Depresión?

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Opinión de José Rubinstein | El Universal |

La tristemente célebre ley de aranceles Hawley-Smoot, de 1930, en Estados Unidos, tuvo por objetivo proteger a los agricultores y trabajadores estadounidenses, golpeados por el crack bursátil de 1929. Dicha ley elevó los aranceles de 20 mil productos industriales. La Gran Depresión desencadenó represalias por toda una década. Más de una veintena de países respondieron con aranceles propios. El comercio internacional se desplomó. Se desalentó la inversión extranjera. Los precios se dispararon considerablemente. La economía agrícola se debilitó y la cooperación global se desintegró. La ley Smoot-Hawley profundizó el colapso económico mundial, provocando un círculo vicioso de menor comercio, más desempleo y caída de la producción. Existen varias similitudes entre la ley de aranceles de 1930 y las medidas arancelarias decretadas por Trump: Proteccionismo, ambas políticas buscan proteger a la industria nacional frente a la competencia extranjera. Represalias, hoy China, la Unión Europea y Canadá, principalmente, reaccionaron con contramedidas. Riesgo para el comercio global, el aumento de tensiones arancelarias puede frenar cadenas de suministro, aumentar costos y frenar el crecimiento económico mundial. Entre las diferencias clave: Contexto global, en 1930 no existía una estructura institucional como la Organización Mundial de Comercio o tratados multilaterales como los actuales, hoy hay más mecanismos de arbitraje y contención. Economía estadounidense actual, aunque hay señales de vulnerabilidad –alto déficit, deuda pública record, inflación persistente-, no se parte de una crisis como la de 1929. Política monetaria y fiscal más activa, hoy los bancos centrales pueden responder con estímulos que no existían en 1930.

Con respecto a los aranceles por aplicar, diversos expertos, empresarios y organizaciones internacionales han expresado preocupaciones sobre sus posibles consecuencias: Riesgo de recesión global, impacto en el crecimiento económico e inestabilidad financiera. Los exagerados aranceles a China seguramente desencadenarán una ruptura del orden económico mundial.

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Permanece latente la posibilidad de entrar en una prolongada recesión o estanflación de imponerse una política arancelaria generalizada, confluyendo varios factores: Menor inversión extranjera, caída de exportaciones, inflación con encarecimiento de importaciones y reacción negativa de mercados financieros. Escenarios a futuro: Escenario optimista, Trump usa los aranceles como medida de presión negociadora, sin detonarlos masivamente. Se renegocian tratados y se evita una guerra comercial total. El crecimiento se desacelera, pero no se detiene. Escenario intermedio: Se imponen aranceles selectivos, pero con medidas compensatorias -subsidios, recortes de impuestos, estímulos- Hay efectos negativos pero manejables. Escenario pesimista: Trump impone aranceles generalizados provocando represalias, caída del comercio global y crisis de confianza. Incluso, podría incurrirse en una recesión global, especialmente sumando conflictos geopolíticos -Taiwán, Ucrania, Medio Oriente-.

Extra! Extra! Donald Trump suspende por 90 días los aranceles anunciados a 75 países, porque buscaron a Washington para negociar un acuerdo comercial; sin embargo a China se le elevan los aranceles de 104% a ¡145 por ciento! El impetuoso Trump columpia los mercados, pulverizando enormes capitales- ¿beneficiándose él en particular?- zigzagueando al modo de la chimoltrufia. La credibilidad de Trump queda en entredicho.

El nacionalismo económico desenfrenado no salva a las naciones, las aísla y las hunde. Volver a cerrar el mundo puede tener tan largas consecuencias como aquellas que tomó décadas reparar. Trump derrumba el orden económico mundial operante, ¿podrá sustituirlo por uno nuevo y mejor?

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Qian Xuesen, el científico que Estados Unidos deportó en plena Guerra Fría

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«Su historia es una advertencia sobre lo que sucede cuando se expulsa el conocimiento»:

Qian Xuesen, el científico que Estados Unidos deportó en plena Guerra Fría y fue clave en convertir a China en superpotencia

En Shanghái hay un museo completo que contiene 70.000 artefactos dedicados a un hombre, «el científico del pueblo» Qian Xuesen.

Qian es el padre del programa espacial y de misiles de China.

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Su investigación ayudó a desarrollar los cohetes que lanzaron el primer satélite de China al espacio; los misiles, se convirtieron en parte del arsenal nuclear del gigante asiático.

Por eso es venerado como un héroe nacional.

Pero en Estados Unidos, donde estudió y trabajó durante más de una década, sus importantes contribuciones rara vez se reconocen.

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Su caso fue recordado por medios como el New York Times esta semana, en medio de la política de expulsiones migratorias de Donald Trump.

El miércoles, el secretario de Estado Marco Rubio anunció que la administración trabajaría para «revocar agresivamente» las visas de estudiantes chinos, incluidos aquellos vinculados al Partido Comunista o que estudien en «campos críticos».

Los riesgos de expulsar en lugar de acoger a talentos como el de Qian ya le pasó la cuenta una vez a la superpotencia.

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¿Podría ser que Estados Unidos vuelva a tropezar con la misma piedra y se deshaga de figuras tan brillantes como este científico chino, repitiendo lo que se conoce como la peor metida de pata de su historia?

Superdotado

Qian nació en 1911, cuando la última dinastía imperial de China estaba a punto de ser reemplazada por una república.

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Sus padres tenían una buena educación y su padre, después de trabajar en Japón, estableció el sistema educativo nacional de China.

Era evidente desde una edad temprana que Qian era un superdotado, y finalmente se graduó como el mejor de su clase en la Universidad Jiao Tong de Shanghái, ganando una excepcional beca para el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Estados Unidos (MIT, por sus siglas en inglés).

En 1935, el joven, esbelto y bien vestido, llegó a Boston.

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Qian pudo haber experimentado algo de xenofobia y racismo, dice Chris Jespersen, profesor de historia en la Universidad de North Georgia.

Pero había «también un sentimiento de esperanza y fe en que China (estaba) cambiando de manera fundamentalmente significativa», y ciertamente habría personas que respetaban sus conocimientos.

Chiflados y fantasiosos

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Del MIT, Qian se trasladó al Instituto de Tecnología de California (Caltech), para estudiar con uno de los ingenieros aeronáuticos más influyentes del momento: el emigrado húngaro Theodore von Kármán.

Allí, Qian compartió una oficina con otro científico prominente, Frank Malina, quien era un miembro clave de un pequeño grupo de innovadores conocido como Suicide Squad o Escuadrón Suicida.

El grupo se había ganado este apodo por sus intentos de construir un cohete en el campus, y porque algunos de sus experimentos con sustancias químicas volátiles salieron muy mal, le explicó a la BBC Fraser Macdonald, autor de «Escape from Earth: A Secret History of the Space Rocket».

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Aunque subraya que nadie murió.

Un día, Qian se vio envuelto en una discusión de un problema matemático complicado con Malina y otros miembros del grupo y pronto se volvió parte integral de él, produciendo una investigación fundamental sobre la propulsión de cohetes.

En ese momento, la ciencia espacial era «cosa de chiflados y fantasiosos», dice Macdonald.

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«Nadie se tomaba en serio; ningún ingeniero con inclinaciones matemáticas habría arriesgado su reputación diciendo que ese era el futuro».

Pero eso cambió rápidamente con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El escuadrón en la guerra

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El Escuadrón Suicida llamó la atención del ejército de EE.UU., que pagó por la investigación del despegue asistido por jet, en el que se ponían propulsores en las alas de los aviones para permitirles despegar desde pistas cortas.

La financiación militar también ayudó a establecer el Jet Propulsion Lab (JPL) en 1943, bajo la dirección de Theodore von Kármán.

Qian, junto con Frank Malina, estaba en el corazón del proyecto.

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Como la República de China era un aliado de Estados Unidos, no había problema con que un científico chino fuera clave del programa espacial estadounidense.

Qian recibió autorización de seguridad para trabajar en la investigación de armas clasificadas e incluso sirvió en la Junta Asesora Científica del gobierno de EE.UU.

Al final de la guerra, era uno de los principales expertos del mundo en propulsión a chorro, y fue enviado con Theodore von Kármán en una misión extraordinaria a Alemania, ocupando el rango temporal de teniente coronel.

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Su objetivo era entrevistar a ingenieros nazis, incluido Wernher von Braun, el científico de cohetes más importante de Alemania. Estados Unidos quería saber exactamente qué sabían los alemanes.

Pero a finales de la década, la brillante carrera de Qian en EE.UU. se detuvo repentinamente y su vida comenzó a desmoronarse.

Los malvados

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En China, el presidente Mao declaró la creación de la República Popular comunista en 1949, y rápidamente los chinos empezaron a ser vistos en Estados Unidos como «los malvados», dice Chris Jespersen.

«En EE.UU. pasamos por periodos en los que estamos enamorados de China, luego sucede algo y lo vilipendiamos», le dice a la BBC el historiador.

El nuevo director del JPL llegó a creer que había una red de espías en el laboratorio y compartió sus sospechas sobre algunos miembros del personal con el FBI. «Observó que todos eran chinos o judíos», dice Fraser Macdonald.

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La Guerra Fría estaba en marcha y las cazas de brujas anticomunistas de la era McCarthy estaban a la vuelta de la esquina.

Fue en esa atmósfera que el FBI acusó a Qian, Frank Malina y otros de ser comunistas y una amenaza para la seguridad nacional.

Sus culpas

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Los cargos contra Qian se basaron en un documento de 1938 del Partido Comunista de Estados Unidos que mostraba que había asistido a una reunión social que el FBI sospechaba que era una reunión del Partido Comunista de Pasadena.

Aunque Qian negó ser miembro del partido, una nueva investigación indica que se unió al mismo tiempo que Frank Malina en 1938.

Pero esto no lo convierte necesariamente en marxista: ser comunista en este momento era una declaración de antirracismo, aclara Fraser Macdonald.

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El grupo quería resaltar la amenaza del fascismo, dice, así como el horror del racismo en Estados Unidos.

Usaban las reuniones comunistas para discutir campañas contra, por ejemplo, la segregación en la piscina local de Pasadena, en las que había una tarde reservada para los negros. Esa noche, lavaban la piscina para que los blancos pudieran usarla tranquilos el resto de la semana.

Zuoyue Wang, profesor de historia en la Universidad Politécnica del Estado de California, Pomona, señala que no hay evidencia de que Qian haya espiado para China o haya sido un agente de inteligencia cuando estuvo en Estados Unidos.

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Sin embargo, fue despojado de su autorización de seguridad y puesto bajo arresto domiciliario. Los colegas de Caltech, incluido Theodore von Kármánn, escribieron en vano al gobierno alegando la inocencia de Qian.

En 1955, cuando Qian había pasado cinco años bajo arresto domiciliario, el presidente Eisenhower tomó la decisión de deportarlo a China.

El científico partió en barco con su esposa y dos hijos nacidos en Estados Unidos y les dijo a los reporteros que nunca volvería a poner un pie en suelo estadounidense.

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Cumplió su promesa.

A otra cosa…

«Era uno de los científicos más destacados de Estados Unidos. Había contribuido mucho y podría haber contribuido mucho más. Así que para él no fue solo una humillación, sino también una traición», dice el periodista y escritor Tianyu Fang.

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Qian llegó como un héroe a China, pero no fue admitido de inmediato en el Partido Comunista chino.

Su historial no era impecable

Su esposa era la hija aristocrática de un líder nacionalista, y hasta que Qian cayó en desgracia había estado viviendo feliz en Estados Unidos, incluso había dado los primeros pasos para solicitar la ciudadanía.

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Cuando finalmente se convirtió en miembro del partido en 1958, se acogió a él y siempre trató de permanecer en el lado correcto del régimen.

Así sobrevivió a las purgas y a la Revolución Cultural, y pudo seguir una carrera extraordinaria.

Cuando llegó a China había poca comprensión de la ciencia espacial, pero 15 años después supervisó el lanzamiento del primer satélite chino al espacio.

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A lo largo de las décadas, formó a una nueva generación de científicos y su trabajo sentó las bases para que China enviara a sus propios astronautas a la Luna.

Volando alto

Irónicamente, el programa de misiles que Qian ayudó a desarrollar en China resultó en armas que luego fueron disparadas contra Estados Unidos.

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Misiles «gusano de seda» de Qian fueron disparados contra estadounidenses en la Guerra del Golfo de 1991, señala Fraser Macdonald, y en 2016 contra el USS Mason por rebeldes hutus en Yemen.

«Es una extraña circularidad: EE.UU. expulsó esa experiencia que se volvió en su contra».

La vida de Qian duró casi un siglo.

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En ese tiempo, China pasó de ser una economía insignificante a una superpotencia en la Tierra y en el espacio.

Qian fue parte de esa transformación.

Pero su historia podría haber sido una de las que enorgullecen a EE.UU., aquellas sobre alguien con talento que, sin importar sus orígenes, logra prosperar.

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En 2019, China hizo historia y alunizó en el otro lado de la Luna, en el cráter Von Kármán que lleva el nombre del ingeniero aeronáutico que fue mentor de Qian.

Un guiño, quizás, al hecho de que el anticomunismo estadounidense ayudó a impulsar a China al espacio.

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Narco refuerza división de explosivos con coheteros

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Grupos criminales en Michoacán también reclutan a coheteros o artesanos en pirotecnia para fabricar —con pólvora— los explosivos que usan como minas terrestres y en drones contra sus rivales y las fuerzas de seguridad.

Autoridades federales confirmaron que algunas personas de este oficio son incorporadas bajo amenazas a las filas de los cárteles y otras se unen por su voluntad, debido a sus conocimientos en la elaboración y manejo de material explosivo.

Según el subdirector del Agrupamiento Especializado en Artefactos Explosivos y Materiales Peligrosos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Michoacán, Carlos Roberto Gómez Ruiz, organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras adquieren material en ferreterías y roban el que se utiliza en la industria minera, como la dinamita.

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“Recuerden que tenemos un área de artesanos en pirotecnia [en Michoacán], así como hay gente de corporaciones que desertan y se pasan del otro lado, igual artesanos se pasan del otro lado y pues fabrican la pólvora, y cuando es material de minería, también sabemos que en México hay mucha minería y la minería maneja explosivos para hacer el rompimiento de piedra, y ese mismo material es el que la delincuencia se roba y lo utiliza”, reveló.

En Michoacán, organizaciones criminales como el CJNG, Los Viagras y Caballeros Templarios, entre otras, han aplicado tácticas de guerra convencional, incluyendo la colocación de minas y el uso de drones con explosivos para controlar territorios y amedrentar tanto a fuerzas de seguridad y rivales como a la población civil.

Las autoridades federales identifican a la Tierra Caliente de Michoacán, que abarca municipios como Apatzingán, Buenavista Tomatlán, Tepalcatepec, Múgica, Parácuaro, Aguililla y Tumbiscatío, como la región más afectada por la colocación de minas artesanales o artefactos explosivos improvisados (AEI) y el lanzamiento de drones con explosivos, que han provocado la muerte de militares y civiles en diferentes comunidades.

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La sierra que une a los municipios de Aguililla, Tepalcatepec, Buenavista Tomatlán, Los Reyes, Coalcomán y Cotija está minada por el CJNG en Michoacán, que mantiene una estrategia de expansión en el estado. A través de brechas y caminos de terracería se puede llegar a estas localidades, por lo que el grupo liderado por el capo Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, cubrió con explosivos esta región colindante con Jalisco para evitar el ingreso de sus rivales, según fuentes del gabinete de seguridad.

Por esta franja minada se puede llegar de Cotija a Tepalcatepec a través de la comunidad de Santa María del Oro, Jalisco. También de Cotija a Buenavista Tomatlán y de ahí a Aguililla, a través de la localidad Paredes del Ahogado, en donde el año pasado murieron dos militares por la explosión de una “narcomina”.

De la localidad de Tazumbos, donde se encuentra el Centro Federal de Readaptación Social Número 17 CPS Michoacán, se puede llegar a la tenencia de La Ruana y de ahí a Punta de Agua y Buenavista Tomatlán.

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De Punta de Agua se puede llegar al Aguaje, en Aguililla, la tierra de El Mencho, sin tocar carretera. “Todo es una zona minada”, señalaron las fuentes consultadas.

La utilización de minas antipersonales y AEI ha tenido consecuencias devastadoras. Además de las víctimas civiles, miembros de las Fuerzas Armadas han perdido la vida en explosiones mientras patrullaban áreas controladas por el crimen organizado.

Desde la puesta en marcha del Agrupamiento Especializado en Artefactos Explosivos se han decomisado 3 mil 454 explosivos improvisados, la mayoría en Apatzingán y Buenavista Tomatlán, según datos de la SSP de Michoacán.

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Ante esta problemática, un juez federal ordenó a los gobiernos federal y de Michoacán implementar acciones efectivas para identificar y desactivar las zonas minadas, con el objetivo de prevenir el desplazamiento forzado de personas y proteger a la población.

Al conceder una suspensión definitiva a un grupo de jornaleros que tramitó un amparo contra la omisión de autoridades para destruir los artefactos explosivos sembrados, el titular del Juzgado Primero de Distrito, Sergio Santamaría Chamú, señaló que la presidenta Claudia Sheinbaum deberá instruir a las dependencias competentes en la parte social y económica para la atención, cuidado y rehabilitación de las víctimas de “narcominas”.

“Deberán implementar las acciones que resulten efectivas para que, salvaguardando en la mayor amplitud posible los derechos humanos de las personas quejosas, les garanticen la prohibición de ser objeto de desplazamiento forzado, como consecuencia de la situación que prevalece en esa zona del estado de Michoacán, motivada por la colocación de los mencionados artefactos explosivos, que pudiera ser determinante para que abandonen sus hogares o empleos, por temor a perder la vida o sufrir graves daños en su integridad personal [como ocurrió en el caso de mujeres de la población de Aguililla]”, expuso en un acuerdo publicado.

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Elección Judicial: no votar, anular o votar

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Opinión de José Viñas | El Universal |

¿Ir a votar o no? Es una de las preguntas que más me han hecho conforme se acerca el día de la elección judicial. Este llamado “proceso electoral extraordinario” será diferente a cualquier comicio que haya vivido México. El espectáculo que ha representado la aprobación de la reforma y el proselitismo de la interminable lista de candidatos es diferente y también sus consecuencias, aunque anticipadas, están siendo inéditas. Ciertamente, no me propongo aquí responder a la pregunta que me han hecho mis lectores y personas de mi círculo cercano, pues creo que la respuesta es una decisión que debe obedecer a la conciencia de cada persona, conducida, en el mejor de los casos, por su sentido cívico. A mi parecer, las y los mexicanos tenemos tres alternativas frente al proceso. Aquí me propongo analizar cada una de ellas con sus implicaciones y compartir la conclusión a la que he llegado.

La primera, y quizá la más obvia, es ir a votar. A diferencia de otros procesos electorales, poco se ha promovido en este el “voto responsable” o “voto informado”. No es ningún secreto que, al momento de tomar decisiones, la información hace la diferencia. Incluso podemos asociar la no-posesión o desinformación con un riesgo mayor al momento de decidir lo que sea. En una elección esto no es distinto. La historia nos enseña que la información detrás de cada voto acerca o aleja el proceso, y el resultado, del óptimo social, ese punto que representa la mejor alternativa para el país. Esto es completamente diferente a lo que a menudo repite la cacofonía popular de votar por las y los menos malos. Así, el resultado de esta elección se acercará al óptimo social en la medida en que cada votante conozca a las más de 3,000 personas candidatas a alguno de los más de 800 cargos (Werner et al., 2025).

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Luego, ir y anular el voto. En términos prácticos, esto se conoce como una protesta activa. Es decir, quien no esté de acuerdo con la Reforma Judicial, podrá ir y expresar su protesta mediante la anulación de su voto. En el caso de que el óptimo social fuera un alto porcentaje de votos nulos, este dependerá de la confianza en el conteo de los mismos. Por primera vez en más de 30 años, no serán los funcionarios de casilla, emanados de la ciudadanía, quienes cuenten los votos, sino personal contratado por el INE. Los resultados del conteo realizado, lejos del ojo público, en las oficinas distritales del INE podrían tardar hasta 12 días en publicarse, lo que pone en duda la efectividad del voto nulo como forma de protesta.

Finalmente, no votar. Aquí vale la pena resaltar la diferencia entre legalidad y legitimidad. Lo que ha dado legalidad o constitucionalidad a este ejercicio es que ha emanado de un proceso de reforma que fue aprobado, aunque de manera cuestionable (Ruiz Massieu Salinas, 2024; Cossío Díaz, 2025; Viñas Maguey, 2024), por el Congreso y está en la Constitución. La legitimidad solo se la puede dar el apoyo popular. Una forma de medir la legitimidad de una elección es mediante el nivel de participación. De aquí que no ir a votar constituya una forma de protesta pasiva. A diferencia del voto nulo, que cuenta como participación y suma a la legitimidad de la elección sin importar el resultado, no ir a votar es la mejor forma de expresar el rechazo popular, de deslegitimar el proceso.

Las consecuencias que ya ha tenido la abrupta aprobación de la Reforma Judicial, junto con la experiencia de otros países que eligen, mediante el voto popular, a quienes tienen el poder de impartir justicia, permiten dimensionar en qué medida este proceso aleja o acerca a México del óptimo social. Primero, la cascada de incertidumbre generada a raíz del avance y posterior aprobación de la Reforma Judicial. La economía mexicana está estancada: no hay nuevas inversiones, la productividad no crece y el peso atraviesa por una falsa estabilidad frente al dólar, además de estar sobrevaluado frente a otras monedas. Sobre la experiencia internacional, está el caso de Bolivia. Como lo ha señalado Santiago Corcuera (2025), la elección popular de las personas impartidoras de justicia termina por politizar una función del Estado que no tendría que ser política. En conclusión, la forma más contundente de protestar contra el despropósito que representa la Reforma Judicial es no ir a votar.

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@JosePabloVinasM

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