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Senado aprueba en lo general prohibir el uso de vapeadores y fentanilo

Entre las críticas y amenazas del próximo presidente de Estados Unidos Donald Trump para que México detenga el tráfico ilícito del fentanilo, el Senado aprobó en lo general –con 110 votos a favor, cinco en contra y 2 abstenciones– prohibir el uso y comercio de esta droga sintética y de los vapeadores. La discusión se dividió, pues la mayoría de los senadores estaban a favor de prohibir el uso ilícito del fentanilo, pero no de los vapeadores, ya que los legisladores de la oposición consideran que el consumo de estos últimos solo debe ser regulado.
En la discusión de esta propuesta, la senadora Carolina Viggiano explicó que el PRI estaba a favor de “luchar contra el fentanilo”, pero dijo que en el caso de los vapeadores no se deben prohibir su uso, sino regularlo. “Vamos a apoyar todas las acciones que el Estado México implemente para combatir este flagelo y la violencia que está generando y nos parece incorrecto que, en la misma iniciativa, en el mismo artículo se coloque en el mismo nivel el fentanilo y los vapeadores. No tiene que ver una cosa con la otra”, dijo la priista. Además, mencionó que el alcohol y cigarro son nocivos para la salud, pero está regulado su consumo, pero no impedidos.
El senador Jorge Carlos Ramírez Marín cuestionó hasta “¿Dónde el Estado “debe hacerse cargo de la salud de los ciudadanos?”, pues recordó que los senadores de oposición han señalado que el Estado “se entromete” en las libertades personales, ya que cada persona debe decidir si consume o no un vapeador. “En esta ocasión la respuesta es obligado. Sí, el estado tiene que intervenir.
El dato fundamental es la alarmante cifra que representa haber disminuido la edad de inicio de 14 hasta 12.6 años; es decir, niños de 12 años están consumiendo nicotina vaporizada. ¿Hasta dónde es responsabilidad del Estado dejar que siga ocurriendo”, mencionó el senador por el PVEM?
El panista Ricardo Anaya comentó que se está prohibiendo el consumo del fentanilo desde la Constitución para mandarle un mensaje al próximo presidente de Estados Unidos ‘Están usando la Constitución para mandarle un mensaje a Donald Trump, porque de hecho la crisis del fentanilo no es una crisis mexicana, es una crisis gringa (…) En qué cabeza cabe que porque este es un problema en Estados Unidos ustedes reformen la Constitución mexicana como si no hubiera otras drogas peligrosas ilícitas’, declaró. La reforma son a los artículos 4 y 5 de la Constitución, en los que se establece que, para garantizar el derecho de protección a la salud de las personas, la ley sancionará todas las actividades relacionas con cigarrillos electrónicos, vapeadores, así como la producción, distribución y enajenación de sustancias tóxicas, precursores químicos, el uso ilícito del fentanilo y demás drogas sintéticas no autorizadas. También prohíbe la profesión, industria, comercio interior o exterior y trabajo de dichas actividades.
Esta propuesta, que fue enviada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, en febrero pasado, señala en sus transitorios que el Congreso de la Unión, en un plazo de 180 días, deberá armonizar el marco jurídico de las leyes relacionadas y las legislaturas de las entidades federativas deben realizar las adecuaciones legales dentro de los 365 días naturales siguientes a la publicación de la reforma.
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Rehenes de la extorsión en México

Llegaron los dos chavos a última hora de la noche con la mirada cruzada. El neón de la taquería decía “abierto” en letras rojas como de rótulo de viejo cine de barrio. En el lateral del carrito de acero inoxidable desfilaban, en un panel electrónico, las palabras Tacos Ruben’s, taquería chingona. Ya entrados en la treintena, los dos jóvenes resaltaban en la oscuridad de la colonia Escandón, en el centro de Ciudad de México. Él, por su metro noventa; la güera, por el pelo rubio y esas curvas de quirófano que, semanas después, cuando ya se había teñido el cabello de negro para confundir su rastro, la delatarían ante los ojos de los policías.
Comieron en silencio, pero con una actitud que hizo que el hijo de Rubén Orozco, el hombre que puso nombre a la taquería, le dijera a su padre: “Estos son medio payasones”. Orozco, que se había ausentado unos minutos del puesto, reparó por primera vez en ellos. Se inquietó.
—Volteo a ver al joven y me está escaneando. Se me queda viendo muy raro.
Lo recuerda con detalle porque aquel día era el cumpleaños de su mujer. Estaba de buen ánimo, enero acababa, las cosas marchaban, era noche de celebración. Miró al hombre del metro noventa a los ojos y preguntó:
—¿Qué se le ofrece? ¿Qué le falta?
El hombre apartó la mirada. Cuando la pareja terminó de comer, se acercó a pagar. Dijeron que eran nuevos en el barrio, que querían hacer una fiesta de bienvenida con una buena taquiza, que si les podía dar su teléfono para contactarlo. El taquero primero se resistió, dio excusas educadas, pero ante la insistencia acabó cediendo. Luego se fue a casa y dejó a su hijo terminando de recoger. El puesto suele cerrar sobre medianoche, pero después todavía queda un rato de limpieza. Una hora después, su teléfono sonó.
—Don Rubén, ¿qué pasó? ¿Cómo está?
—Bien, dígame.
—Pues acabo de mandar a mi gente.
—¿Y qué gente? ¿De qué se trata?
—No te hagas, ya sabes de qué se trata. ¿Cuánto vale la tranquilidad de tu familia?
De 59 años, Orozco gasta complexión de boxeador, es un tipo alto y fornido, profesor de karate en el barrio, diestro también en Haidong Gumdo, el arte de la espada coreana. Luego están las décadas en la taquería, el manejo del cuchillo de carnicero, una mano derecha como una maza de carne. La cabeza disciplinada por las katas, el carácter templado por el trabajo: al principio no se preocupó, pero la voz del otro lado de la línea se metió en su cabeza.
—¿Cooperas o paso por tu hijo, que todavía está lavando?
La conversación telefónica duró 40 minutos y, para el final, Orozco había aceptado pagar 20.000 pesos, unos 1.050 dólares. Los extorsionadores sabían que en Tacos Ruben’s trabajaba toda la familia, que aceptaban tarjetas de crédito, que después de su aparición en la serie de Netflix Las crónicas del taco su clientela se había multiplicado. Orozco aceptó enviarles dos retiros sin tarjeta, una modalidad en la que, con un número de referencia, cualquiera puede sacar dinero de la cuenta de alguien, en cualquier cajero. Durante la llamada mandó un retiro de 9.000 pesos y acordó completar el resto al día siguiente.
En la mañana, Orozco se levantó a las seis y fue al mercado de la Merced a surtirse para la taquería. Para las 14.00 ya había enviado el dinero que faltaba. Pensó que lo peor había pasado. Pero a las 20.30, el teléfono sonó otra vez:
—Dice el jefe que no es suficiente, que no puede ser que en 20 años tú no tengas un ahorro.
Eran criminales de poca monta, pero Orozco no lo sabía. Le dijeron que pertenecían a La Unión Tepito, la mafia capitalina por excelencia, fuerte en la zona norte del centro. Decían que si no tenía dinero en el banco se lo pidiera prestado a un amigo, que vendiera su carro, que le echara imaginación. Asustada, la familia echó cuatro camisetas en una maleta, recogió la camioneta, aparcada en el estacionamiento público frente a Tacos Ruben’s, contrató una mudanza para llevarse el puesto y huyeron. De salida, fueron a la Fiscalía a denunciar. Cinco horas después, en una fría madrugada de enero, la familia abandonaba Ciudad de México.
Siete millones
En la jerga policial, lo que sufrió la familia Orozco se llama extorsión directa o física: cuando hay contacto directo con el criminal. La llamada telefónica completaba la visita previa de los dos jóvenes a la taquería, que solo necesitaron su número celular para engancharle, la pinza perfecta.
Orozco hizo algo que casi nadie hace: denunciar al momento. El hombre actuó por inercia, no esperaba avance alguno. Esa misma noche, él y su mujer se instalaron en un pueblo a 60 kilómetros de la capital. El hijo del taquero, resguardado con su hermana en casa del novio de ella, puso un mensaje en la cuenta de Instagram de la taquería, dando las gracias a los clientes de tantos años, despidiéndose de ellos y culpando, sin más detalles, a la extorsión.
Aquel mensaje en redes se hizo viral. Tanto, que el alcalde de Miguel Hidalgo, paraguas distrital de la colonia Escandón, Mauricio Tabe, cliente habitual de la familia Orozco, les preguntó cómo podía echar una mano. Orozco conocía al funcionario de sus visitas al puesto, pero nunca se le ocurrió pedirle ayuda. Tabe los envió a la Dirección de Atención a Casos de Secuestro y Extorsión de la policía de Ciudad de México. Una vez ahí, la investigación empezó a avanzar. Era mediados de febrero.
Como parte de la oleada violenta que atenaza a México, la extorsión se ha convertido, a la fuerza, en una de las prioridades de la Administración. Según la encuesta de victimización y percepción de la seguridad en el país, que elabora cada año el Instituto Nacional de Estadística, es el tercer delito que más sufre la población. En 2023, último año de estudio, 5.213 mexicanos de cada 100.000 dijeron haber sido víctimas de extorsionadores. Es decir, casi siete millones de ciudadanos al año: más de 18.000 cada día, 780 por hora, 13 al minuto.
Cobro de piso, apoyos a líderes comerciantes que nadie ha elegido, estímulos a la autoridad… Son diferentes formas de llamar a la extorsión, que en México es ya una epidemia. Delincuentes cobran piso a vendedores de tortillas, pollo o huevo. Criminales exigen pagos a comerciantes por instalar puestos en mercados callejeros, por abrir negocios en zonas de alta, media y baja plusvalía, o por producir tequila y mezcal. Policías piden cooperación a conductores para seguir su camino… Extorsionan a productores de plátano, a ciudadanos que tienen familia en Estados Unidos y mandan remesas, a albañiles y migrantes. A todos.
Parte del problema es la cantidad de casos que se denuncian, prácticamente ninguno. Según la encuesta mencionada arriba, el 96,7% de las víctimas de extorsión no denuncian los hechos, seguramente temerosos de las consecuencias. No es una cifra excepcional en el panorama mexicano. Según los cálculos de diferentes organizaciones dedicadas a monitorear el sistema de justicia, los niveles de impunidad en el país superan el 90%. Es decir, que nueve de cada 10 delitos nunca se resuelven.
En la capital, la Secretaría de Seguridad Ciudadana creó hace siete años una dirección especial contra la extorsión. Pablo Vázquez, jefe de la policía, ha señalado varias veces estos meses que hace falta cierta “madurez institucional” para encarar el problema. Si todo va bien, las denuncias subirán y así será por un tiempo. La dependencia señala que el año pasado atendieron 2.288 casos, la gran mayoría, 2.099, extorsiones telefónicas. Este año, solo hasta abril, ya eran en total 519. Uno de los mandos de la dirección, entrevistado varias veces en estos meses, señala que ese es el camino. “Hay que denunciar”, zanja.
Líderes y mafias
El sol de una tarde de abril cuece los toldos que cubren las calles República de Argentina, de Perú, de Bolivia, la frontera entre el turístico Centro Histórico y el barrio bravo de Tepito. Calles sobrepobladas de puestos de venta callejeros, las voces de cientos de personas, radios con cumbias densas bajo el calor espeso de invernadero, carga y descarga, qué va a llevar, pásele, pásele. Diana Sánchez Barrios, diputada local, activista trans, líder de comerciantes, avanza Argentina arriba esquivando cuerpos. La rodea una escolta policial y un séquito de fieles.
El color de los toldos cartografía el mapa del poder en el Centro. En estas calles, los rojos pertenecen a la organización de Sánchez Barrios; los azules, a otro líder. Solo en la Cuauhtémoc, la alcaldía más céntrica, unos 100 líderes de comerciantes se reparten el territorio con escuadra y cartabón, según el cálculo de la mujer, que hace unos meses sufrió un atentado a balazos en el centro, del que sobrevivió de milagro.
Los comerciantes pagan cuotas a sus líderes a cambio de protegerlos de las autoridades y de otros líderes, una situación tan normalizada que nadie asume lo que en realidad es: otra forma de extorsión. La venta callejera es un pastel extremadamente lucrativo con muchas porciones a repartir. Sánchez Barrios calcula —y estimaciones del CIDE le dan la razón— que hay dos millones de vendedores ambulantes en la urbe, de los que apenas unos 100.000 funcionan con permisos legales, en una ciudad de nueve millones de habitantes.
Los vendedores que laboran sin permiso lo hacen bajo el amparo de líderes como Sánchez Barrios. “Sabemos muy claramente de dónde a dónde llega cada organización y nos respetamos”, expone. No queda muy clara la estabilidad de esos acuerdos. En la última década, el gremio de líderes comerciantes cuenta 14 asesinatos, la mayoría cometidos por jóvenes encapuchados que huyen luego por el laberinto del centro, quemando las ruedas de una moto, como en el caso de la lideresa.
En el centro, los dominios de Sánchez Barrios lindan con los de otros líderes, muchos relacionados con La Unión Tepito, mafia con la que siempre han vinculado a la líder comerciante, sin que la justicia haya podido probarlo. “Cada líder [de la Unión] tiene sus calles, que controla con su gente”, señala un alto mando policial de la ciudad. “A veces, para algunas cosas, jalan juntos. Hay muchas células delictivas y cuando agarramos a uno, el otro ya se quiere apoderar de sus calles. En Tepito, es el pan de cada día. O pagas o te secuestro. Puede que estén incluso en un reclusorio y que tengan condenas de casi cadena perpetua, pero desde ahí siguen controlando. No te puedes meter porque esa calle es suya y si te metes, balacera”, añade.
La extorsión a los comerciantes supone un ingreso importante. Está tan normalizado, cuenta el mando, que a veces llegan vendedores con la policía pidiendo que negocien con los criminales para que les cobren menos. “¡Y la cosa es que no les cobren!”, exclama. El cobro de piso comenzó como un rumor en el centro y se extendió durante el Gobierno de Miguel Ángel Mancera (2012-2018), narra Sánchez Barrios. “Fue un momento de mucho caos social. La gente tenía que irse, dejar sus puestos, sus negocios, y se iban sin avisar, de repente: ‘Oye, ¿y fulano?’, ‘no, pues ya no está’. Llegaron, lo amenazaron, lo extorsionaron y se fue», sigue la mujer. “Y ahí van, deteniendo a las cabezas [del crimen], pero pues, no para. Ahora salen [nuevos cabecillas], pero salen menores de edad, que es lo que más te preocupa. Y los agarran, y se matan, y vuelven a salir más menores de edad, y es algo sin controlar”, zanja.
“Eso es violencia, viejo”
En una sala gris y triste hay un hombre que cuenta su ruina a regañadientes. Durante la pandemia su negocio quebró, las facturas se acumularon, hubo que volver a empezar. Los inicios son caros. Los bancos no atienden a la gente como él, trabajadores que viven al día, sin historial crediticio, dueños de nada, sin herencias, siquiera un lote baldío olvidado allá en el pueblo que hipotecar. Buscó opciones menos ortodoxas.
Le dicen el gota a gota porque te atrapan poco a poco y, cuando quieres darte cuenta, el agua te ha llegado al cuello. El hombre, cuyo nombre no aparece aquí por seguridad, comenzó con un préstamo pequeño. Lo cubrió y pidió otro. Ese primer prestamista era conocido, había sido cliente, cuate y amigo, un usurero, sí, pero del barrio de toda la vida: hasta sus madres se conocían.
Pero pronto, el hombre no pudo pagar. Así que pidió otro préstamo, a otro prestamista. Y cuando tampoco pudo pagar, pidió otro préstamo, a un tercer prestamista. La deuda se enmarañó, el caldo se hizo espeso. En pocos meses, debía 80.000 pesos de intereses caníbales. Ahí comenzaron los “va a valer madres si no empiezas a pagar”, los “voy a venir a hacer desmadre a esta casa y a ti te voy a matar”. Un día, pasaron por su negocio: gente pesada, de camionetas grandes y nuevas y sin placas, hombres armados, “en la colonia todos sabemos”. Le dieron tablazos por todo el cuerpo. El hombre huyó, rompió el chip del teléfono, quiso desaparecer.
El hombre tiene unos 40 años. Cuenta su historia en el área de secuestro y extorsión de la sede de la policía de la capital, una caja de cerillos de concreto sobre la glorieta de Insurgentes. Una luz blanca, tenue, como de aeropuerto viejo, ilumina la habitación. En el medio, una mesa en forma de U. El hombre se sienta en el centro, junto a un familiar. Agentes de diferentes campos —jurídico, cibernético, análisis táctico, investigación de campo, psicología, 14 personas en total, contando a reporteros y víctimas— escuchan y preguntan.
El hombre no quiere estar aquí, pero tiene que: él se fue del barrio, pero sus padres se quedaron. Los extorsionadores no tardaron en encontrarlos. Está en shock, se le olvidan los nombres, las fechas. Un agente de pelo engominado, camisa de mezclilla desabrochada y urgencia en la voz dirige la sesión. Frena al hombre cuando se atropella, pide detalles, intenta establecer una cronología con cierta lógica, un testimonio defendible ante un juez. Hace preguntas como:
—¿Le llegaron a amenazar con un arma?
—Nomás la sacaban.
—Eso es una amenaza, viejo, es violencia.
El hombre quiere huir de la ciudad, teme que puedan encontrarlo. Una psicóloga interviene con voz dulce: “La verdad es que lo que has venido haciendo no ha funcionado. El miedo te está paralizando. Creo que tienes mucha desconfianza y lo entendemos, pero necesitamos que confíes en nosotros”.
No todo es paranoia: lo lógico es que desconfíe. Ha pasado la vida en una colonia donde la diferencia entre la policía y los malandros es el uniforme. Y a veces ni siquiera. El gran reto es conseguir que las víctimas de extorsión, habitualmente personas con poco dinero y mucha necesidad, confíen en que son distintos a los uniformados con los que acostumbran a lidiar, que crea en las instituciones contra lo que dicta su experiencia.
—De este lado somos más, somos la gente que te apoya.
—¿Y qué pasa con las represalias? El papá del que me amenaza trabaja en la Secretaría.
—Nosotros somos la Secretaría.
—Ya, pero se escucha mucho de corrupción y eso.
Un día distinto, un funcionario de seguridad en la alcaldía Cuauhtémoc reconocerá: “Denunciar un delito es una pesadilla. Es un sistema que está diseñado para disuadir la denuncia. El hoyo negro es el sistema de justicia”. Hoy, el equipo multidisciplinar necesita la denuncia. Uno tras otro intervienen. Dicen cosas como “no te haremos falsas promesas”, “somos diferentes, por eso estamos escuchándolos”.
Le convencen: si los extorsionadores quisieran matarlo, ya estaría muerto. Le dicen: lo que quieren es tu dinero. Le repiten: no podemos darte garantías de nada, pero cuando aparecemos, este tipo de bandas se esfuman.
El hombre saldrá de la Secretaría de Seguridad e irá a interponer la denuncia.
Un Audi negro
A una reunión como la del hombre del gota a gota llegaron, a mediados de febrero, Rubén Orozco y su esposa. Ambos se sentaron en la mesa en U de la sala y contaron lo sucedido. La visita de aquella pareja de jóvenes no tan jóvenes –“payasones”, como le había dicho su hijo– la llamada posterior, la extorsión, los retiros sin tarjeta, la huida familiar… Los agentes escucharon, tomaron nota. Algunos hacían preguntas, unas más generales, otras más concretas, el aspecto de los payasones, su vehículo, las referencias de los retiros, etcétera.
Orozco y su esposa sintieron que el aire se llenaba de oxígeno, él más que ella. Llevaban dos semanas durmiendo en moteles, con sus hijos desperdigados. Pero lo que habían escuchado en aquella sala gris y triste les había llenado de confianza. Pensaron en volver enseguida. Los agentes les habían dado un “código águila”, que servía para avisar a las patrullas del barrio. “Desde ese mismo día, pusieron una carpa de seguridad en la esquina”, cuenta Orozco.
Los policías se pusieron a trabajar. El director de los “leopardos de las nieves”, nombre interno de la dirección contra el secuestro y la extorsión, encargó el caso a uno de sus jefes de unidad. Lo primero era comprobar las cámaras públicas del lugar, ver si alcanzaban a observar a los payasones y su vehículo, tratar de reconstruir el camino que habían tomado después de visitar la taquería, con suerte ubicar su guarida. Pero el plan se cayó casi desde el principio. Como habían pasado más de siete días desde la visita, las imágenes, cosas del protocolo, se habían borrado.
Meses después de aquello, una mañana fresca de mayo, el jefe Jaguar, nombre inventado para proteger la identidad del policía, recuerda la investigación. “Con las cámaras depende, hay algunas que se borran a los siete días. Otras, en cambio, están hasta tres meses, depende mucho del lugar”, cuenta. Los policías se apoyan también en cámaras de seguridad privadas, mejores muchas veces que las públicas, con mayor resolución, incluso audio. Pero aquella vez no hubo suerte. Cerca de la taquería de Orozco hay una gasolinera con cámaras, pero las imágenes tampoco eran demasiado buenas.
Jaguar y su equipo cambiaron entonces de estrategia. Orozco había mandado retiros sin tarjeta a los extorsionadores, que los habían cobrado poco después. Había que buscar los cajeros donde habían acudido, comprobar el día, la hora y, de nuevo, mirar las cámaras. Ahí sí hubo algo de suerte. En la cámara de uno de los cajeros se alcanzaba a ver a la mujer que había ido a la taquería. En la otra, aparecía el coche en el que había llegado la mujer a Tacos Ruben’s, un Audi negro, tipo deportivo. No se veía la matrícula, pero sí el engomado en la parte trasera, un distintivo que ayuda en la identificación de los vehículos.
Era todo un reto, buscar una aguja en un pajar. “La cámara del cajero donde se veía el carro estaba sobre Circuito Interior”, cuenta el jefe Jaguar, en referencia a la gran circunvalación que rodea el centro ampliado de la capital. “Nos dimos cuenta de que cerca había un arco carretero”, uno de los pórticos gubernamentales con cámaras superpotentes, presentes en vialidades importantes de la ciudad, capaces de registrar las placas de los carros que pasan por debajo. Tenían la hora del retiro, el Audi negro debía haber pasado minutos antes bajo el arco. “En el primer barrido sacamos 300 posibles coches”, cuenta. “Luego, en un segundo barrido, seleccionamos solos los audis y lo bajamos a 10. Al final, nos quedó uno, el único que traía el engomado en el vidrio trasero”.
Ubicado el carro, la obtención de los números de matrícula fue casi automática. “Enseguida pedimos el historial de esa placa, y vimos que había pasado por el mismo arco varias veces recientemente”, cuenta el mando policial. La cuestión era esperar. En el momento en que el Audi negro pasara de nuevo bajo un arco carretero, las cámaras del C-5, el sistema público de vigilancia, lo seguirían. Tuvieron que esperar unos días, pero al final ocurrió. En la segunda semana de febrero, el Audi negro paso debajo de un arco en el norte de la ciudad. La alarma saltó y los monitoristas del C-5 lo siguieron hasta la colonia Pensador Mexicano, en la esquina noreste del Circuito Interior. Jaguar mandó dos autos con varios agentes de incógnito. No tardaron en ver el coche.
“El problema es que le habían quitado las placas y el engomado estaba tapado”, cuenta el mando policial. Los agentes hicieron guardia dos días, hasta que, por fin, una mujer salió de una casa cercana al Audi negro, con las matrículas en la mano. Era la misma de la cámara del cajero y de la taquería. “Se había tintado el pelo de negro, pero las cirugías plásticas la delataban”, sigue Jaguar. Los agentes la fotografiaron, vieron como abría el carro, arrojaba las placas en la parte de atrás, se montaba y se iba. No la detuvieron todavía: tenían que acabar de cerrar la pinza con la telefonía. Cuando la compañía del celular desde el que habían extorsionado a Orozco les dio la información, comprobaron que el aparato había sido usado precisamente allí, en la colonia Pensador Mexicano.
Segunda Visita
Los extorsionadores sucumbieron al más humano de los errores: la avaricia. No contentos con los 20.000 pesos que le habían sacado la primera vez a la familia Orozco, volvieron por más. Ocurrió a mediados de febrero, cuando la policía ya había localizado al Audi negro en Pensador Mexicano. Para entonces, Rubén Orozco y su esposa acababan de reabrir su puesto. El hombre había cambiado su número de teléfono, una puerta cerrada a los extorsionadores. “Fue en el lapso de dos o tres días que perdimos de vista a la mujer”, dice Jaguar, un descuido. La mujer había salido una noche de casa con el auto y, en el cambio de guardia, los policías se despistaron.
En esos días, la mujer, a quien la policía identificó más tarde como Fabiola, volvió en el Audi negro a Tacos Ruben’s. Esa vez la acompañaba otro hombre. Alerta, Orozco bajó del puesto en cuanto la vio, las manos pringosas de picar suadero. La atajó a media banqueta: no quería que se acercara a su familia un centímetro más. Ella le dijo que le diera inmediatamente otros 20.000 pesos. Desde el coche, el hombre le gritó, “¡pero ya, en chinga!”. Él se llevó la mano al bolsillo del delantal y sacó 2.000, lo que tenía. “Y la chava me los agarra, se sube al carro y se van. Como diciendo, ‘volvemos, ¿no?’, algo así”, dice el hombre.
Orozco llamó enseguida al jefe Jaguar y le contó lo que había pasado. Le dijo que habían llegado en el Audi negro, que la mujer era la misma, pero que el hombre no. La policía ubicó el vehículo enseguida, gracias a las cámaras de seguridad. Días más tarde, compañeros de Jaguar detuvieron a Fabiola, a su acompañante el día de la primera visita a la taquería, Sareb, y a otra mujer. Los tres estaban en el Audi negro, con droga en los bolsillos. Jaguar llamó a Orozco para que fuera a la Fiscalía a reconocerlos. De los tres, el hombre reconoció a Fabiola y Sareb.
Los Orozco viven tranquilos de vuelta en su barrio. Hace poco celebraron su 20 aniversario con tacos para toda la clientela. Los asiduos llegan, la familia sirve y los olores a carne frita, a lengua hervida, a salsas y limón cortado, dibujan una placidez callejera difícil de igualar. De la banda de extorsionadores faltan al menos dos personas por detener, el hombre de la segunda visita, y un tercero, que aparece en una de las cámaras de los cajeros. Orozco no parece preocupado. “No puedes vivir en una psicosis”, dice. “Por salud mental, no debes estar temeroso de todo y de nada, ¿no? Sí, te pasó, okay. Pero no quiere decir que te va a pasar todo el tiempo”.
Mónica González y Gladys Serrano
Mónica Juárez Martín y Ángel Herdora
Fernanda Castro
Columnas
Hacer lo posible por nuestro entorno polarizado y la resiliencia ciudadana

Emiliano Carrillo Carrasco
Los kakistocratas del poder en su mutación los Frankisten. Solo el pueblo que tenga consciencia de la ingobernabilidad por acciones de destruir nuestro país e instituciones, México es más que una horda de políticos. Las Personas al servicio de corrupción al poder centralista desde el consejo del INE. El dedo del poder del Estado “Acordeones “: Este 1 de junio se dio como resultado democrático Judicial disfrazado a la legalidad y legitimación, La participación del 10 % de una lista nominal de 99 millones 500 mil votantes.
El desaseo en acarreo, apatía y desinformación con sus acordeones. La línea del voto fue clara de quien gano. El informar a través del INE y su consejo, la validación del fraude. El poder de Estado, a sus Ministros 9 del presidente. El presupuesto de 8 mil millones de pesos. El acuerdo del control de la SCJN, el Tribunal de justicia y Magistrados del tribunal electoral. En manos de sus acordeones. Las boletas impresas de más de 604 millones. La pérdida del federalismo o y la división de poderes: El federalismo es un modo de organización política que implica la unión de entidades políticas soberanas en una federación, regulada por una ley constitucional. Un gobierno federal que comparte poderes con gobiernos. Los estados o provincias conservar su autonomía y soberanía. Se busca equilibrar la autoridad entre el gobierno y las entidades, promoviendo la cooperación y la diversidad dentro de un marco “De lo burdo a lo evidente a un poder judicial del acordeón”.
Los kakistocratas del poder judicial. La SCJN y Tribunal de justicia el instrumento de control de poder del ejecutivo, los pactos del ex presidente y el ejecutivo Claudia Sheinbaum se consolidó la pantalla democrática judicial. Se despacharon con todo. Y a la perdida de la independencia judicial y división de poderes. La validación del INE de Guadalupe Taddei con sus consejeros entregados al poder ejecutivo. Tribunal de disciplina con sus 5 arfiles de acuerdo del pacto AMLO y Claudia Sheinbaum. La conclusión de la simulación con los acordeones y sus listas.
El término de conteo o cómputo de 10 días por el INE Y LAS 19 entidades que cambiaron su poder judicial. Los Ganadores al edomex de acuerdo al mutuo acuerdo de los 91 AGRACIADOS POR IEEM. Las 84 mil casillas recibieron los votos de diez millones. La línea a 9 Ministros es la franquicia del poder ejecutivo. El fraude consumado por sus consejeros del INE con su consejo de Guadalupe Taddei. La verdad es que el cómputo incierto del poder y sus propuestas de los poderes a la etapa de acuerdo. La validación desde los órganos autónomos locales de las 19 entidades federativas y la madre centralista del INE con su consejo electoral a determinar o informar quién es el ganador. La conclusión de sus franquicias, la pérdida de la independencia judicial y la República Mexicana. El Ministro del dedo invisible a Hugo Aguilar y su 8 Ministros 7 de la CDMX 1 de Nayarit y 1 de Oaxaca.
La simulación de los acordeones. La pérdida de la independencia judicial y el federalismo. El costo a una elección de laberintos de más de 8 mil millones de pesos. El término de conteo de 10 días por el INE. La trampa, mentira de la comisión de evaluación del poder judicial, violaciones institucionales y control del poder conforme a la voluntad del ejecutivo y legislativo. Personas al servicio de corrupción al poder centralista desde el consejo del INE. La línea el control de la SCJN, tribunal de justicia y el tribunal electoral. La realidad de un sistema centralista autocrático a la pérdida de los derechos y sus garantías. Las conciencias resilientes a peligro de esta elección a jueces, Magistrados y Ministros, iba a estar tomada por los filibusteros del Derecho. Es una lástima que ya llegamos a estos niveles.
La Justicia para el pueblo y del pueblo, muy distante a la realidad. La persecución desde los órganos administrativos del poder público fiscalía y a la justicia a través de sus jueces e instancias en una telaraña de corrupción. Las instituciones de coacción desde los justiciables y El aparato desde los Fiscales, Ministeriales, Jueces a la acción de sembrar delitos, y así como desde los órganos de fiscalización del gobierno. La privación de la libertad y al tortuoso camino de defensa de sus derechos y sentenciados sin ser juzgado. La poca factibilidad de la aplicación del derecho a un sistema judicial corrupto e impune. El desaseo del proceso y procedimiento de servidores públicos en una red de corrupción. El espíritu de responsabilidad de los servidores públicos en sus artículos 108-114 de la CEUM. Su argamasa de redes de poder público. La aplicación de un error judicial, sólo queda en ninguna disculpa al acto de injusticia.
La situación de descomposición de las instituciones y abrogaciones a acciones de poder, esto permite en forma sistemática la perdidas de los derechos de la constitución y a la pedida de los derechos humanos La abrogación del derecho a la transparencia e información .La liquidación de 200 jueces y magistrados y la violación de adjudicación del fideicomiso de más de 13 mil millones de pesos.
La incertidumbre a la liquidación laboral a la violación de sus derechos Humanos y laborales .la promoción laboral durante dos años en el lugar donde tenías tu actividad laboral de los servidores del Estado Mexicano. “derechos laborales Art 123 apartado B y a los Derechos Humanos”. La federación secuestra el dinero de los trabajadores burócratas de ‘ Nacional financiera » en forma ilegal transfiere a la tesorería de la federación los recursos de los fideicomisos DE MAS DE 13 MIL MILLONES DE PESOS. Las violaciones laborales para su liquidación y los fondos absorbidos por la federación en forma ilícita .El estado de indefensión a los servidores públicos. El recurso del poder judicial está en disposición de la federación y la judicatura sin recursos .Los cesados 1600 A 2000 y los que se agregan al no ganar este proceso judicial. La lucha intestina y polarizada por el poder judicial de Morena.
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Columnas
La Polarización y sus Consecuencias a la Gobernabilidad

DR. EMILIANO CARRILLO CARRASCO
PÉNDULO POLÍTICO -24-A-2025 4.
El Estado de México tiene 125 municipios con sus tipologías regionales y necesidades comunes desde abasto de agua, problemas de asentamiento de más de 300 mil. El conflicto polarizado por los grupos de poder. “El padrino” Higinio Martínez y “el ahijado” Horacio Duarte se disputan la “territorio “alumna escalo el poder en 12 años, AMLO el Maquiavelo. La ingobernabilidad a un sistema mediático a la información o desinformación a través de discursos y boletines. La promesa de campaña al cambio de esperanza en eso solo promesas. El parido en el Gobierno Federal en el 2018 con Andrés López Obrador “AMLO”; la esperanza de millones de mexiquenses a la nueva forma de gobernar. Sus aliados de poder Economico-politico en sus plazas, los frankistein kakistokratas a situaciones de manipulación y saqueo de las finanzas públicas.
Los errores políticos 2018 Edomex. Si es bien cierto que solo en la política cuentan los errores, también es cierto que el control del poder invisible a la oligarquía, esta con morena, Ha esta circunstancia el lobo está acorralado y va actuar muy feroz, en la división y a la polarización como medio de control. Las arcas públicas del 2025, en su presupuesto de Egresos de más de 388 mil millones de pesos. El ser bifronte ante las clases vulnerables y pobreza.
Nuestra economía a la informalidad del más del 54 % y a la suma de la corrupción de cáncer a las estructuras orgánicas de la administración pública. Morena necesita la conciliación y migración política. La aprobación de deuda pública del Edomex de 16 mil 400 millones de pesos y una deuda pública de más de 58 mil 500 millones de pesos (2024), emanada de los mandatarios anteriores: La forma es fondo Atlacomulco. No se ha aclarado desvíos de más de 20 mil millones de pesos “Alfredo del Mazo” .Los acuerdos regionales con diversos partidos para el voto útil que se consolide las circunstancias sociales. El reactivar la identidad del valle de México. Toda la carga le toco a Alfredo del mazo, ante los elementos negativos, un antecedente histórico en 1997 cuando pierde el PRI en el D.F. HOY CDMX, con Cuauhtémoc.
Abre la bisagra de la Izquierda y las reformas electorales, esto es, permite a Morena acceder al poder del ejecutivo e identidades Federativas. La entrega del Edomex a Morena en el 2023 “la votación del PRI DE MAS DE 2 MILLONES 800 MIL Y MORENA 3 MILLONES 300 MIL, AL ACUERDO DESDE EL PODER MISMO DE LAS ENCUESTAS DE 20 PUNTOS a 8 PUNTOS CON DELFINA GÓMEZ ÁLVAREZ .Las franquicias de los lobos Alfa en sus dependencias Orgánicas al poder de grupos territoriales y al conflicto de Intereses. Morena nace a la molestia de grupos territoriales al agravio de grupos de poder. Los que decidían quiere era su candidato al nepotismo e intereses – que esto no cambio con Morena —La votación a su primera Participación de más de 560 mil votos, el triunfo de los diputados locales y federales, así con la presidencia Municipal con Higinio Martínez, y 3 millones de votos, esto, permite tener 14 diputaciones federales (1 Texcoco (Delfina Gómez y Sandra plurinominal), 2 de Veracruz y 11 de la CDMX) y 21 plurinominales.
La violencia e inseguridad por grupos delictivos. El Problemas de pobreza e infraestructura laboral, falta de inversión privada e institución es de salud, educación. La vida en vivir con miedo, asistencialista y la mentira como instrumento de lenguaje de comunicación. La trampa, mentira de la comisión de evaluación del poder judicial, violaciones institucionales y control del poder conforme a la voluntad del ejecutivo y legislativo. La crisis constitucional en México y amplía la cadena de ilegalidades en torno a la implementación de la reforma que somete a elección popular a las personas juzgadoras. Desaparecer un poder público judicial al autoritarismo.
La elección Veracruz el 1 de junio 2025. El bumerán del poder a estas elecciones a las válvulas de escape de una población polarizada. El parido en el gobierno por segunda vez en Veracruz y a su catastrófica administración del ex gobernador. El acuerdo o no con MC y su líder MC el ex gobernador de Veracruz y parentesco de familias de los Yánez, Dante Delgado, hombre de Estado y se la jueguen se la juega, un aliado a modo, así como PT y VEN . La lista nominal de más de 6 millones 112 mil, y a sus 212 municipios. A los hechos morena pierde 71 municipios de los 142 que tenía con sus coaliciones . Esta elección Morena gana 11 municipios solos y 60 de coalición con el VEN . Los triunfos con sus tipologías regionales. De los 212 municipios, El PAN gana 34 , el PRI , 23 , MC, 41 ,MORENA ,11, PVEM,13, PT, 28 , 71 de coalición VEN Y Morena y 1 independiente . La coalición de Morena gano 71 municipios. La politización o simplemente el hecho positivos o negativos.
La supervivencia del asistencialismo a falta de una educación cívica e ignorancia a la línea de inducir su voto a esquemas de control de miedo o a programas sociales, el vivir con miedo. Hoy todos los problemas incluso los más privados están en el dominio público y son objeto de enfrentamiento político durante las campañas electorales. Los medios de comunicación instalan en el ámbito del espacio público problemáticas de los candidatos políticos, por ejemplo enriquecimiento ilícito, estado civil y conformación del núcleo familiar. Las mesas de Negociación y acuerdos de los Partidos en sus siglado en sus territorios de poder y a la reelección. La cuota y a la abstención .Rolan Riegan » Nosotros, los ciudadanos cambiamos a hora su rol de los partidos ciudadanos”
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