Nacionales
Identifican a mujer que fue hallada muerta en Tlatelolco; esto se sabe

La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México informó que el cuerpo de la mujer que fue localizado dentro de un bote en una unidad habitacional de Tlatelolco el pasado 8 de marzo, ya fue identificado.
En un comunicado, la Fiscalía capitalina precisó que la víctima fue identificada por sus familiares el miércoles 12 de marzo y se confirmó que se trata de Gilda Guadalupe ‘N’, quien contaba con una ficha de búsqueda.
“Gilda ‘N’ fue reportada como desaparecida en días anteriores, por lo que la Fiscalía emitió un fotovolante con las señas particulares de la persona para iniciar los protocolos de búsqueda con un grupo interdisciplinario”, indicó.
La joven de 26 años se encontraba desaparecida desde el 5 marzo, cuando fue vista por última vez en la colonia Buenavista y tres días después, en el Día Internacional de la Mujer, fue hallada muerta en un cesto de ropa que abandonaron en una jardinera de la unidad habitacional.
Investigan el caso de Gilda Guadalupe como Feminicidio
De acuerdo con las autoridades, personal de la Fiscalía de Investigación del Delito de Feminicidio continúa con las investigaciones del caso para identificar y detener a el o los responsables.
Hasta el momento no se han revelados las causas de muerte de la víctima, únicamente se sabe que su cuerpo se encontraba al interior de un bote de plástico color morado.
“El cuerpo de la víctima fue encontrado el sábado pasado en uno de los jardines de la citada unidad habitacional, por lo que se presentaron elementos policiacos en el lugar y solicitaron la intervención de personal pericial de la Fiscalía”, agregaron las autoridades.
Tras el hallazgo, vecinos de Tlatelolco se movilizaron para exigir mayor seguridad en esta zona habitacional, donde ya se han encontrado restos de otras personas.
Nacionales
Mujeres enfrentan a asaltante en una carnicería de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (VIDEO)

En redes sociales se viralizó el video del momento en que dos valientes mujeres deciden enfrentar a un asaltante que ingresó a una carnicería en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Los hechos ocurrieron durante el fin de semana cuando un sujeto armado ingreso al negocio para despojar a las víctimas de sus pertenencias y exigirles el dinero de las ventas.
En el video se puede observar el momento en que un motociclista ingresa a la carnicería ubicada en la colonia Albania Alta con un arma de fuego y amenaza a dos mujeres.
A cuchillazos, dos mujeres frustraron un intento de asalto en Tuxtla Gutiérrez, #Chiapas. En un video que circula en redes sociales, se ve al hombre entrar a una carnicería con una pistola para intentar someter a las empleadas, pero ellas tomaron ventaja y así se defendieron: pic.twitter.com/BBNwiFYYIo
— Nacho Lozano (@nacholozano) May 6, 2025
En cuestión de segundos el asaltante brinda el mostrador e intenta intimidar a las víctimas, quienes intentar calmarlo al decirle que se tranquilice.
Sin embargo, una de las mujeres aprovecha que el delincuente se distrae por algunos segundos para enfrentarlo y defenderse con un cuchillo filetero.
De inmediato su compañera reacciona y enfrentan al sujeto, quien intenta salir corriendo, pero las mujeres lo someten y lo agreden con el cuchillo antes de que pueda escapar sin lograr su cometido.
Nacionales
¡Agarrón! Noroña llama “pandilla de ladrones” al PRI por críticas al ‘Volvo del Bienestar’

Una grabación difundida en redes sociales desató un nuevo enfrentamiento entre Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, y dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), luego de que se le captara abordando una camioneta de lujo a la salida del Consejo Nacional de Morena, celebrado el pasado 4 de mayo.
El clip, compartido por la cuenta oficial del PRI en la plataforma X (antes Twitter), muestra al legislador subirse a una camioneta de la marca Volvo.
“Fernández Noroña habla como si fuera del pueblo, actúa como autoritario… pero le encanta vivir como fifí. Tremenda Volvo del Bienestar”, se lee en la publicación, en alusión a los discursos del senador y su identificación con causas populares.
🇲🇽 PRI critica a Noroña por “Volvo del Bienestar”
Tras ser captado a la salida del Consejo Nacional de Morena y haber dicho “que la camioneta Volvo en la que fue visto, se la prestó la agencia”, la oposición aseguró que, el presidente del Senado “habla como si fuera del pueblo,… pic.twitter.com/GWZ1Wl6wFF
— Azucena Uresti (@azucenau) May 6, 2025
Durante el video, se escucha a una persona preguntarle a Fernández Noroña si cambió de vehículo, ya que anteriormente utilizaba una unidad gris.
“Pandilla de ladrones, todo lo que tengo lo he ganado con mi trabajo y esfuerzo. No como ustedes que saquearon al país a manos llenas. Ya mejor vayan a darle su cocol a Zedillo. Represores, saqueadores y farsantes, además de vende patrias. Y me quedo corto”, escribió Noroña en la misma red social para defenderse tras mensaje del partido opositor.
Anteriormente, el legislador explicó que su automóvil personal se encuentra en reparación desde hace cuatro meses y que el vehículo que aparece en la grabación fue prestado por la empresa automotriz.
“No es mía. Me la prestó Volvo porque mi camioneta lleva cuatro meses en el taller”, dijo el senador al ser abordado.
La polémica surge en medio de un contexto de intercambios constantes entre figuras del oficialismo y la oposición en redes sociales, donde el uso de bienes, símbolos y estilos de vida ha sido parte del debate político.
Columnas
Antes del Oxxo y de la Unión Tepito

Opinión de Héctor de Mauleón | El Universal |
En una esquina de Palacio Nacional, paquetes cerrados de DHL amontonados en el suelo: “¡Va parejo, 150 pesos, parejo! ¡150 pesos lo que le salga!”, grita el vendedor. Tiene a su lado unas muestras de lo que acaso pueden contener los sobres: camaritas, pequeños aparatos electrónicos: “¡150, lo que le salga!”.
Una bola observa, tal vez esperando que se anime el primer incauto. ¿De dónde vienen esos sobres sellados que se ofrecen a la luz del día?
Allá, Correo Mayor es un amontonamiento indescriptible. “Diablitos”, motonetas que avanzan en sentido contrario, bicitaxis con señoras cargadas de bolsas, autos atrapados en el tráfico, ruido, miles de transeúntes en las banquetas, sudando entre el tráfico.
Lentes para sol a 20 pesos. Pantalones de mezclilla a 100. Camisetas de 15 y de a 30. Tres vestidos por cien. Gorras, pelucas de colores, mallas, tenis, pants, lápices labiales. Gente con radios en la mano vigila, avisa, ordena. Es la espalda del Palacio Nacional y ahí comienza lo ilegal, toneladas de productos chinos ocupan las banquetas, los quicios, todo.
Música sale a todo volumen desde las tiendas. Las piedras labradas “primorosamente” por los artífices del mundo novohispano sirven de agarraderas para los toldos que protegen del sol a los vendedores. Les meten clavos a los muros, se cuelgan de los hierros garigoleados de los antiguos balcones.
El Corredor Cultural Moneda vive ahogado. Cuesta trabajo llegar a la Casa de la Primera Imprenta, al Museo Nacional de las Culturas del Mundo, al UNAM Hoy, al Palacio de la Autonomía, a la Academia de San Carlos, al Ex Teresa Arte Actual, al Museo José Luis Cuevas…Vallas permanentes, filtros de seguridad, ambulantaje desbordado, restricciones diarias al libre tránsito… Los turistas —dicen en los museos— se quejan de que les roban carteras y pasaportes.
No hablemos de Guatemala, Argentina, Pino Suárez, tramos de Uruguay. No hablemos de Eje Central con su doble hilera de ambulantes en cada banqueta. Mucho menos de Allende, Tacuba, El Carmen, Venezuela, Nicaragua, Perú, Apartado, Peña y Peña, Girón, Costa Rica, Jesús María, Soledad, Corregidora, San Pablo, Circunvalación.
Ya ninguna de esas calles les alcanza a las muchedumbres errantes. Pero el problema no solo son los ambulantes. Es la mugre, la basura, la suciedad, el abandono, la implacable erosión del Centro.
Llegué a estudiar al Claustro de Sor Juana hace 35 años y qué catálogo de maravillas, qué gabinete de curiosidades los billares, los cafés, las librerías de viejo, las mesas de dominó en las cantinas, las vecindades con pollos y macetas renegridas, el olor a incienso de los templos.
Carlos Monsiváis en la librería Los hermanos de la hoja. José Emilio, una noche, en un reservado del bar La Ópera. Andrés Henestrosa, todos los días, en el Sanborns de los Azulejos. Pita Amor repartiendo paraguazos en Bolívar. Zabludovsky comiendo langostinos en El Danubio, Alí Chumacero burlándose de Arqueles Vela en la Hostería de Santo Domingo: “El FCE le publicó sus Obras Completas y al poco tiempo se murió. Yo creo que las leyó y se murió”, y Resortes llegando en un convertible al Teatro Blanquita.
Eje Central hervía casi siempre, pero a solo a una calle era 1710 o 1920. Íbamos a buscar a la cubana que según Ricardo Garibay vivía en el barrio de San Miguel y tenía un pequeño muñeco de trapo con el que hablaba en voz baja y según esto le decía el futuro. Caminábamos por Donceles buscando la casona de Aura, la de la novela de Carlos Fuentes, o por el Callejón de la Condesa, ya entrada la noche, para ver si seguía existiendo El Fantasma del Correo, la vieja prostituta pintarrajeada, de la que hablaba De la Colina.
La música de marimbas y sinfonolas. El olor de las tabaquerías en Marroqui y del aroma del café en el Tupinamba. La rifa del pollo en Los Portales. Camiserías, zapaterías, una tienda en la que solo vendían plumas. Regresábamos a Donceles para buscar la casa donde mataron a Dongo, y a República de El Salvador para localizar “el teatro de los hechos” en el asesinato de los hermanos Villar Lledías.
He conocido desde entonces muchos Centros. El Centro de antes del Oxxo y de las Farmacias del Ahorro. El centro cargado de extrañeza en donde uno compraba lo que era imposible hallar en otro lado. El Centro de después del terremoto, y de los cafés de los periodistas. El Centro de Salinas de Gortari, que apestaba a orines y que María Félix consideró una vergüenza. No se diga el Centro de López Obrador, con tres hileras de ambulantes en cada calle mientras el Archivo Histórico de la ciudad se caía de viejo.
Llevo casi 20 años caminando el Centro cada semana. Las últimas veces lo hago con tristeza, con lástima y con rabia. Porque nunca lo había visto de este modo. Otro centro: uniformado por las chelerías y los locales de tacos al pastor por toda oferta gastronómica. El Centro de las motos de la Unión Tepito, de las ejecuciones y del cobro de piso. El Centro amolado, chueco y perdido, al que parece que se le cae un trozo cada día.
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