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El infierno tiene nombre: Teuchitlán

Opinión de Carlos Seoane | El Universal |
Teuchitlán es el espejo en el que nadie quiere mirarse, pero del que nadie puede escapar. Lo sucedido ahí rebasa el horror habitual al que, tristemente, nos hemos ido acostumbrando. Es un monumento sangriento a la indiferencia y a la complicidad institucional; un testimonio silencioso brutalmente desgarrador.
Sobran las palabras frente al cúmulo de cientos de zapatos, prendas de vestir, mochilas y maletas que evidencian un verdadero campo de exterminio en donde seres humanos fueron destruidos metódicamente.
La existencia de estos lugares no es nueva ni sorprendente; lo que asquea, lo que llena de rabia, es la indiferencia cínica del Estado mexicano. Municipios, gobiernos estatales y hasta el gobierno federal han optado por ignorar lo evidente, volteando hacia otro lado mientras miles continúan desapareciendo en la más absoluta oscuridad.
Es imposible abordar esto sin sentir el vértigo de la indignación, sin que hierva la sangre ante la complicidad silenciosa que se traduce en impunidad. Resulta inconcebible creer que ninguna autoridad supiera lo que ocurría en esos terrenos malditos. Elegir deliberadamente el silencio, la complicidad, la omisión criminal que, en términos prácticos, significa cooperación con el horror.
Cada fragmento de hueso encontrado grita una verdad incómoda: en México, la vida humana está a merced de criminales. Los colectivos de búsqueda son héroes silenciosos que llevan dignidad donde el Estado lleva vergüenza, exponiendo el cinismo gubernamental con cada pala enterrada en la tierra.
Aquí no caben ambigüedades. Lo ocurrido debe ser llamado por su nombre: un crimen de lesa humanidad, comparable en esencia -no en proporción- con los horrores de Ruanda o los campos de exterminio nazis del siglo XX. Minimizarlo, ignorarlo o disfrazarlo con retórica política es complicidad.
¡Basta ya! No más cinismo institucional. Teuchitlán es un llamado urgente a confrontar el mal en su raíz: la corrupción, la impunidad y la complicidad oficial.
México debe decidir hoy qué clase de país quiere ser: uno que permite el exterminio de ciudadanos inocentes o uno que enfrenta con coraje y con la verdad sus horrores más profundos.
Esta tragedia también revela a una sociedad anestesiada por la saturación de violencia y el flujo constante de noticias desgarradoras. Pero la indiferencia colectiva no puede ser excusa para la parálisis institucional. El horror revelado debe provocar una reacción inmediata y profunda de la sociedad civil.
Este no es un fracaso accidental, es estructural. La crisis de humanidad que vivimos no se resolverá con discursos vacíos ni promesas efímeras, sino con acciones firmes y concretas. Con instituciones que trabajen realmente al servicio de la justicia, y no al interés mezquino de políticos y criminales.
Es tiempo de abandonar las palabras huecas y los gestos simbólicos. México necesita un compromiso real, tangible y honesto para para dejar de sangrar por las heridas abiertas que representan lugares como Teuchitlán.
Presidenta Sheinbaum: esta es una obligación moral y ética impostergable. Asuma la responsabilidad histórica de no permitir que esta atrocidad se repita jamás.
Teuchitlán no debe ser otro nombre en una lista interminable de sitios de horror; debe ser un permanente recordatorio, doloroso y contundente, de que nuestra humanidad está en crisis.
Cada desaparecido, cada víctima encontrada en ese rancho del infierno es un juicio implacable contra quienes desde el poder optaron por la comodidad del silencio y la complicidad.
¿Cuántos Teuchitlán más serán necesarios para despertar nuestra conciencia colectiva? ¿Cuántos gritos más tendrán que ahogarse en la indiferencia antes de que reaccionemos con la determinación que la situación exige?
No más indignación pasajera. Es hora de exigir justicia de manera real y presionar sin descanso. Si permitimos que Teuchitlán caiga en el olvido, estamos firmando la sentencia de miles más.
@CarlosSeoaneN
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Antes del Oxxo y de la Unión Tepito

Opinión de Héctor de Mauleón | El Universal |
En una esquina de Palacio Nacional, paquetes cerrados de DHL amontonados en el suelo: “¡Va parejo, 150 pesos, parejo! ¡150 pesos lo que le salga!”, grita el vendedor. Tiene a su lado unas muestras de lo que acaso pueden contener los sobres: camaritas, pequeños aparatos electrónicos: “¡150, lo que le salga!”.
Una bola observa, tal vez esperando que se anime el primer incauto. ¿De dónde vienen esos sobres sellados que se ofrecen a la luz del día?
Allá, Correo Mayor es un amontonamiento indescriptible. “Diablitos”, motonetas que avanzan en sentido contrario, bicitaxis con señoras cargadas de bolsas, autos atrapados en el tráfico, ruido, miles de transeúntes en las banquetas, sudando entre el tráfico.
Lentes para sol a 20 pesos. Pantalones de mezclilla a 100. Camisetas de 15 y de a 30. Tres vestidos por cien. Gorras, pelucas de colores, mallas, tenis, pants, lápices labiales. Gente con radios en la mano vigila, avisa, ordena. Es la espalda del Palacio Nacional y ahí comienza lo ilegal, toneladas de productos chinos ocupan las banquetas, los quicios, todo.
Música sale a todo volumen desde las tiendas. Las piedras labradas “primorosamente” por los artífices del mundo novohispano sirven de agarraderas para los toldos que protegen del sol a los vendedores. Les meten clavos a los muros, se cuelgan de los hierros garigoleados de los antiguos balcones.
El Corredor Cultural Moneda vive ahogado. Cuesta trabajo llegar a la Casa de la Primera Imprenta, al Museo Nacional de las Culturas del Mundo, al UNAM Hoy, al Palacio de la Autonomía, a la Academia de San Carlos, al Ex Teresa Arte Actual, al Museo José Luis Cuevas…Vallas permanentes, filtros de seguridad, ambulantaje desbordado, restricciones diarias al libre tránsito… Los turistas —dicen en los museos— se quejan de que les roban carteras y pasaportes.
No hablemos de Guatemala, Argentina, Pino Suárez, tramos de Uruguay. No hablemos de Eje Central con su doble hilera de ambulantes en cada banqueta. Mucho menos de Allende, Tacuba, El Carmen, Venezuela, Nicaragua, Perú, Apartado, Peña y Peña, Girón, Costa Rica, Jesús María, Soledad, Corregidora, San Pablo, Circunvalación.
Ya ninguna de esas calles les alcanza a las muchedumbres errantes. Pero el problema no solo son los ambulantes. Es la mugre, la basura, la suciedad, el abandono, la implacable erosión del Centro.
Llegué a estudiar al Claustro de Sor Juana hace 35 años y qué catálogo de maravillas, qué gabinete de curiosidades los billares, los cafés, las librerías de viejo, las mesas de dominó en las cantinas, las vecindades con pollos y macetas renegridas, el olor a incienso de los templos.
Carlos Monsiváis en la librería Los hermanos de la hoja. José Emilio, una noche, en un reservado del bar La Ópera. Andrés Henestrosa, todos los días, en el Sanborns de los Azulejos. Pita Amor repartiendo paraguazos en Bolívar. Zabludovsky comiendo langostinos en El Danubio, Alí Chumacero burlándose de Arqueles Vela en la Hostería de Santo Domingo: “El FCE le publicó sus Obras Completas y al poco tiempo se murió. Yo creo que las leyó y se murió”, y Resortes llegando en un convertible al Teatro Blanquita.
Eje Central hervía casi siempre, pero a solo a una calle era 1710 o 1920. Íbamos a buscar a la cubana que según Ricardo Garibay vivía en el barrio de San Miguel y tenía un pequeño muñeco de trapo con el que hablaba en voz baja y según esto le decía el futuro. Caminábamos por Donceles buscando la casona de Aura, la de la novela de Carlos Fuentes, o por el Callejón de la Condesa, ya entrada la noche, para ver si seguía existiendo El Fantasma del Correo, la vieja prostituta pintarrajeada, de la que hablaba De la Colina.
La música de marimbas y sinfonolas. El olor de las tabaquerías en Marroqui y del aroma del café en el Tupinamba. La rifa del pollo en Los Portales. Camiserías, zapaterías, una tienda en la que solo vendían plumas. Regresábamos a Donceles para buscar la casa donde mataron a Dongo, y a República de El Salvador para localizar “el teatro de los hechos” en el asesinato de los hermanos Villar Lledías.
He conocido desde entonces muchos Centros. El Centro de antes del Oxxo y de las Farmacias del Ahorro. El centro cargado de extrañeza en donde uno compraba lo que era imposible hallar en otro lado. El Centro de después del terremoto, y de los cafés de los periodistas. El Centro de Salinas de Gortari, que apestaba a orines y que María Félix consideró una vergüenza. No se diga el Centro de López Obrador, con tres hileras de ambulantes en cada calle mientras el Archivo Histórico de la ciudad se caía de viejo.
Llevo casi 20 años caminando el Centro cada semana. Las últimas veces lo hago con tristeza, con lástima y con rabia. Porque nunca lo había visto de este modo. Otro centro: uniformado por las chelerías y los locales de tacos al pastor por toda oferta gastronómica. El Centro de las motos de la Unión Tepito, de las ejecuciones y del cobro de piso. El Centro amolado, chueco y perdido, al que parece que se le cae un trozo cada día.
Qué razón tenía Monsiváis. El Apocalipsis ya ocurrió y nunca nos dimos cuenta
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Nuevo mapa político en América del Norte

Opinión de Olga Pellicer | Proceso |
El impacto de las políticas del gobierno de Trump a cien días de su regreso a la Casa Blanca ha dominado las reflexiones de los analistas durante los últimos días. La incertidumbre, desorden, temor, rechazo y desconfianza han sido los sentimientos expresados más frecuentemente. Una excepción a tales sentimientos es la satisfacción por el resultado de las elecciones parlamentarias celebradas el 28 de abril en Canadá.
El triunfo del Partido Liberal ha sido atribuido, con razón, a los ataques de Trump a ese país y la consiguiente exaltación nacionalista que detuvo el avance que tenía el partido conservador, inicialmente simpatizante de Trump.
Las agresiones económicas (imposición de aranceles) y los comentarios insultantes sobre la trasformación de Canadá en el estado 51 de la Unión Americana indignaron a la ciudadanía canadiense.
De manera muy acertada el nuevo líder del partido liberal Mark Carney, connotado economista que entre otras responsabilidades ha sido presidente del Banco de Inglaterra, centró su narrativa en hacer frente a los ataques de Trump.
El discurso para reconocer la victoria fue un texto muy significativo que gira en torno de tres temas: el llamado a la unidad que permita a liberales y conservadores hacer frente a los momentos difíciles que se viven, la toma de posición ante el quiebre de la antigua y sólida relación con Estados Unidos y la decisión de encontrar nuevas vías para el florecimiento de la economía canadiense a partir de sus valiosos recursos internos y nuevas alianzas con países de Europa y Asia.
“Como muchos han advertido, Estados Unidos quiere nuestras tierras, nuestros recursos, nuestras aguas, nuestro país. No se trata de amenazas vanas. El presidente Trump está tratando de quebrarnos para que pueda poseernos. Eso nunca, jamás sucederá”.
A tales aseveraciones, Carney añadió consideraciones más detalladas sobre los momentos actuales. “Estamos en un momento de inflexión. Nuestra antigua relación con Estados Unidos basada en una integración cada vez mayor ha terminado. El sistema de comercio global abierto, anclado por Estados Unidos, es un sistema en el que Canadá ha confiado desde finales de la II Guerra Mundial, un sistema que, sin ser perfecto, ha brindado prosperidad a mi país durante décadas… Hemos superado la conmoción de la traición estadunidense, pero nunca debemos olvidar las lecciones”.
Partiendo de tales posiciones, Carney inicia su mandato con tareas muy urgentes en el ámbito interno e internacional. Internamente, la economía atraviesa momentos difíciles por la elevación exagerada del costo de la vivienda y la falta de empleos con mejores retribuciones.
En el ámbito internacional la diversificación de sus relaciones económicas será fundamental. Cuenta para ello con buenas relaciones con los dirigentes de países europeos. Asimismo, en junio será el anfitrión de la reunión del G7, (Canadá, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia Japón y la Unión Europea)
Ahora bien, la posición canadiense para lograr el éxito de esa reunión tiene que matizar el antitrumpismo que llevó al poder al partido liberal y encontrar un punto intermedio que, acorde con las posiciones de la mayoría de los participantes, desea evitar un rompimiento con Estados Unidos, disminuir las tensiones y navegar, de la mejor manera posible, bajo el huracán que ha producido Trump.
La conversación privada que seguramente sostendrán pronto Trump y Carney sentará las bases de una relación respetuosa de los sentimientos del pueblo canadiense y su soberanía. Está en el interés de ambos países vecinos que así sea.
Es obligado ahora preguntarnos sobre la posición de México. Con estilos y condiciones internas muy diferentes, los dirigentes de ambos países tienen un vínculo que obliga a la buena relación: la pertenencia al T-MEC. Es deseable que el tema de la relación con Canadá tenga lugar privilegiado en las tareas de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Sin embargo, hasta ahora no se advierten signos de que esté ocurriendo.
La relación con Canadá ha sido descuidada como parte de la escasa o nula atención concedida a la política exterior durante el sexenio del López Obrador. Siete meses después de la llegada al poder de la nueva presidenta, los cambios en la política exterior no se advierten, más allá de la relación con Estados Unidos; en ese caso, la responsabilidad recae en varias secretarías, en particular la de Economía, la de Seguridad y las Secretarías de Defensa y Marina.
En ese contexto la Secretaría de Relaciones Exteriores está muy disminuida. La falta de presupuesto, entre otras razones, ha impedido realizar cambios urgentes como sería, en estos momentos, el fortalecimiento de la relación con Canadá, empezando por el nombramiento de un nuevo embajador más familiarizado con la actividad diplomática. Tal no es el perfil de quien ahora ocupa el puesto.
La formulación de una verdadera estrategia de política exterior que contribuya al mejor entendimiento de nuestra posición en el mundo y los objetivos que debemos perseguir no ha sido formulada.
La buena imagen internacional de la presidenta Claudia Sheinbaum, generada en medios de comunicación internacionales, proporciona un buen momento para tomar iniciativas que vayan más allá de llevar una relación cautelosa y cordial con Trump.
Prepararse para las negociaciones difíciles que acompañarán la renegociación del T-MEC, que en la práctica ya se han iniciado, obliga a un buen diálogo Sheinbum-Carney. La forma y el momento para realizarlo es una de las tareas que se esperan con mayor interés.
Ese encuentro y otras iniciativas que den un lugar a México en los cambios geopolíticos que están ocurriendo permitirán recuperar la posición de liderazgo como una de las voces más importantes de América Latina que alguna vez tuvo nuestro país.
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Las máscaras del poder a un nuevo sistema.

PÉNDULO POLÍTICO 19-A-2025.
Emiliano Carrillo Carrasco
La interacción entre las diferentes dimensiones y el papel de los elementos externos e internos en las concepciones dominantes de la desaparición a la independencia judicial. El Estado de México tiene 125 municipios con sus tipologías regionales y necesidades comunes, desde abasto de agua hasta problemas de asentamiento de más de 300 mil. La violencia e inseguridad por grupos delictivos. Somos más de 17 millones de habitantes del Edomex. El social y económico a la pobreza, de segmentos de conducta de fanatismo e ignorancia. La polarización y sus narrativas desde el discurso oscuro. El grave problema de la infraestructura laboral y un sistema de asistencialismo. La falta de inversión privada e institucional es de salud en acciones de perversión del dolor humano.
La educación de una ineficiente cobertura a los jóvenes de 18 a 23 años, sin la posibilidad de ser egresado. Un elemento de la poca participación de una población sin instrumento de capacidad y razonamiento. El cinismo de gobiernos ineficientes a más de 100 días sin una articulación de gobernanza. La incertidumbre de la población en percibir que los gobiernos municipales y estatales no pueden dar certidumbre, confianza a las personas del Edomex.
La vida es vivir en miedo, asistencialismo social y la mentira como instrumento de lenguaje de comunicación. La trampa, mentira de la comisión de evaluación del poder judicial, violaciones institucionales y control del poder conforme a la voluntad del ejecutivo y legislativo. ¿Personas al servicio de la corrupción? ¿Se prevé instalar 24 mil 480 Mesas Directivas de Casilla: 20 mil 433 en el Estado de México? Las campañas en una línea antidemocrática en acciones desde el poder. Los hechos consumados de la pérdida de la independencia judicial y sus acciones de listados de los poderes legislativo y ejecutivo desde sus tómbolas listas de intereses afines.
Las reglas establecidas por el INE y IEEM para este proceso de renovación del Poder Judicial. Las reglas para elegir a ministros, magistrados, jueces y el Tribunal de Justicia. Ha establecido tiempos y limitaciones a este proceso; uno de ellos es la utilización de contratar espectaculares, pintar bardas e injerencia en la participación de algún partido político. Estas limitaciones establecidas por los órganos autónomos y la novedosa estructuración en poder ubicar a los candidatos, en designar un número y color. El código de colores para las boletas en la elección del poder judicial 2025. Determino el color morado: para ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En esta competencia judicial participan 64 candidatos, de los cuales saldrán 9: 5 mujeres y 4 hombres.
Uno de ellos, Ricardo Garduño Pasten #47. El color verde para magistrados y magistradas del tribunal de disciplina judicial. El color azul para magistradas y magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, y donde serán dos personas electas. Del tribunal electoral participan 18 candidatos y serán electos 2. El naranja para magistradas y magistrados de las salas del tribunal electoral, participan 135 y serán electos 15.
El color rosa para magistradas y magistrados de circuito; participan 2784 y serán electos 464. Para Juezas y Jueces de Distrito participan 2316 y serán electos 386; una de las candidatas a magistrada color rosa, la Maestra Gisela Correa Ruiz, con el número 03 en materia civil federal, así como Pablo Espinosa Marquez 05 para Magistrado Penal Local y la ley permite tener dos candidaturas en materia local. Participa como Presidente del Poder Judicial del Estado de México, color verde #23.
El amarillo para juezas y jueces de distrito. Una de las reglas establecidas para los partidos políticos es que no pueden participar ni hacer activismo de movilización, compra de votos y coaccionar al electorado para favorecer a un candidato. Y contratar o pagar a personas o empresas para encuestar. A nivel federal se entregará al electorado 6 boletas y a nivel de entidades federativas serán 4. La renovación del poder judicial será de 19 entidades federativas de las 32 que existen a nivel nacional. El proceso electoral del 1° de junio del 2025 se cerrará a las 18:00 hrs. Se tendrá una urna única donde se depositarán todas las boletas.
El escrutinio se realizará en los consejos distritales y no habrá representantes de casilla.
En la planeación y organización de este proceso judicial electoral se utilizarán las categorías denominadas circuito judicial y circuito judicial electoral para organizar las elecciones de tribunales colegiados de circuito y juzgados de distrito.
En materia local, las regiones judiciales en el territorio del Estado de México se dividen en cuatro regiones judiciales: Región Texcoco, conformada por los distritos judiciales de Chalco, Nezahualcóyotl, Otumba y Texcoco de Mora y distritos judiciales conforme a la Ley Orgánica en cuatro distritos: Chalco, Nezahualcóyotl, Otumba y Texcoco.
La argamasa de poder y las acciones de poderes en sus variables desde el momento de acciones de palomeo de sus listados y tómbolas. En forma invisible, situaciones desde corrupción y a la opinión pública de la generalización de la DEMOCRACIA como régimen político a la mutación de autoritarismo de un jefe político. La pretensión de Kelsen de resolver el Estado en el derecho, que vuelve superfluo el concepto de soberanía sobre el que se construyó la idea del Estado moderno. Según Carl Schmitt, sobre las erróneas identificaciones del ordenamiento jurídico y el normativo del derecho y el elemento del ordenamiento concreto. “Nuestra realidad del mundo fáctico pierde todo carácter de juridicidad, que por lo contrario está reservado al mundo del deber ser” (Sein y Sollen).
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