Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los fundadores y líderes históricos del Cártel de Sinaloa, fue detenido este jueves en El Paso, Texas, Estados Unidos, poniendo final a una larga dinastía de capos que ascendieron al poder entre los 80’s y 90’s en México.

La detención es un golpe fuerte para el narcotráfico.

De caracter discreto y reservado, son pocos los datos conocidos sobre la vida personal del “Mayo”, incluso hay discrepancias sobre el mes de su nacimiento, en el año 1948. También se conocen pocas fotografías de él.

Incursionó en el tráfico de drogas desde joven, comenzando con el cultivo de marihuana y amapola. Su ascenso en el mundo del narcotráfico se produjo en la década de 1980, cuando formó parte del Cartel de Guadalajara, una de las organizaciones criminales más poderosas de la época.

La captura de los líderes de ese grupo criminal, Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, derivó en una reestructura del crimen organizado en México y con ello, el ascenso del “Mayo”.

En sus informes, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) lo calificaba como “el líder actual de la más grande y poderosa organización del narcotráfico del mundo”, el Cártel de Sinaloa, el cual sigue siendo el mayor traficante de fentanilo hacia los Estados Unidos.

Se le considera astuto y el cerebro de la organización, lo fue por más de cuatro décadas eludiendo la justicia y construyendo un imperio criminal.

La DEA ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares por información que condujera al arresto de Zambada García, quien enfrenta más de 15 cargos en su contra por dirigir una empresa criminal continua, así como de conspiración para asesinar, conspiración para lavar dinero, conspiración para fabricar y distribuir cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo, así como otros delitos relacionados con drogas, a través de su actividad continua.

Su nombre está vinculado al menos con cinco amplias causas judiciales abiertas entre 2003 y 2016 en tribunales federales de Estados Unidos, la última de ellas, en febrero pasado, cuando se le imputó por conspiración para distribuir fentanilo, una de las drogas más letales, que tan solo en ese país causa cada año unas 100 mil muertes por sobredosis.

Apenas en mayo pasado, la DEA informó que Ismael Zambada presentaba un mal estado de salud física, situación que habría puesto en duda su capacidad para seguir al frente de su facción del cártel de Sinaloa.

De acuerdo con la lectura de la DEA, la situación de salud de El Mayo ha dejado vacíos de poder dentro de la organización, lo que intensifica las luchas internas.

A sus 76 años, “El Mayo” nunca ha pisado una prisión, como su otrora socio, Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo“, cuyos espectaculares escapes de presidio le valieron portadas de medios, teorías de conspiración y hasta series de televisión.

Entrevista histórica

Los pocos datos personales y lejos del negocio que se conocen de Zambada son gracias al periodista Julio Scherer, quien lo entrevistó en 2010, cuando el propio narcotraficante lo hizo llevar a una de sus casas, en el monte.

“Sobrepasa el 1.80 de altura y posee un cuerpo como una fortaleza”, describía el escritor a su interlocutor, en aquel encuentro, que fue más una charla evasiva.

De manera suscinta, “El Mayo” contó que por aquel entonces tenía una esposa, cinco mujeres, 15 nietos y un bisnieto.

En esa entrevista, Scherer García, conforme a su estilo inquisitivo intentó cuestionarlo de uno de sus hijos en especial, Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, quien fue detenido por las autoridades mexicanas en 2009 y extraditado en 2013.

“He de preguntarle, soy lo que soy. A propósito de su hijo, ¿vive usted su extradición con remordimientos que lo destrocen en su amor de padre? –Hoy no voy a hablar de “Mijo”. Lo lloro”, fueron las pocas palabras del Mayo sobre el tema. Aunque prometió al periodista platicar otro día sobre el tema, hasta donde se sabe, ese encuentro nunca se dio.

Según las investigaciones de la DEA, el Cártel de Sinaloa (CDS) se divide en cuatro facciones principales: Los Chapitos, liderados por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán; una facción bajo Aureliano El Guano Guzman-Loera, hermano de El Chapo; otra dirigida por Rafael Caro Quintero; y la liderada por Zambada.

Con la entrega de uno de los capos más legendarios de México, se desconce quien ocupará la silla que hoy deja vacía Ismael El Mayo Zambada.